Los cinco minutos de María
Marzo 19
En la vida de la Virgen hallamos muy pocas cosas extraordinarias o llamativas: María, en Belén y en Nazaret, se santificó en las mil y una cosas de la vida cotidiana de una solícita ama de casa.
Todavía se conserva en Nazaret la llamada fuente de la Virgen, a la que ella iría todos los días con el cántaro sobre su cabeza y llevando a Jesús de sus manos, buscando el agua que necesitaba.
No pensemos que nosotros vamos a llegar a la santidad haciendo cosas raras o llamativas, cosas que salgan de lo común o de lo que hacen los que nos rodean. Lo extraordinario no deberá estar en lo que hacemos, sino en el amor con que lo realizamos.
“Madre de la Iglesia, pues no se puede hablar de la Iglesia si no está presente María" (MC 28), ayúdanos a formar comunidades donde vivamos la santidad en las pequeñas cosas dela vida cotidiana.
* P. Alfonso Milagro