LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
22 marzo
Examina si tu oración es humilde, si te presentas en la presencia de Dios con el pleno y real convencimiento de tu nulidad, y por otra parte de que es Dios el que puede remediar tus necesidades y suplir tu pobreza de medios en orden a tu salvación y santificación.
Por otra parte no te olvides de que la humildad debe hacerte reconocer y agradecer los beneficios recibidos del Señor, a semejanza de la humildísima Virgen María, que alabó al Todopoderoso por las grandes maravillas que Dios obró en ella.
Si tú te mantienes humilde, Dios te enriquecerá con los beneficios de su gracia y de su amor.
P. Alfonso Milagro