jueves, 19 de abril de 2018

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 18 ABRIL


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
18 abril




Nosotros tenemos hambre de verdad, sed de felicidad; Jesús es el que llena estas nuestras aspiraciones; nuestra inteligencia busca la verdad absoluta y total, que nos satisfaga plenamente; solamente encontramos fragmentos de la misma, que no hacen otra cosa que aumentar en nosotros el ansia de la Verdad absoluta.

Solamente en Jesucristo podremos saciar plenamente esa nuestra hambre y esa nuestra sed, pues él no solamente nos propone la verdad, sino que él mismo es la Verdad del Padre, la Verdad absoluta.

Nuestro corazón busca la felicidad y la busca desesperadamente; y en cambio lo único que halla y a lo que tiene acceso es a unas pocas migajas en muchas ocasiones engañosas, que en vez de saciar nuestro apetito, lo exacerban más, al desilusionarlo; y cuando son verdaderas, lo dejan insatisfecho por lo pasajeras y poco eficientes.



P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 17 ABRIL


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
17 abril



Jesús no se preocupa exclusivamente de las necesidades espirituales de los que lo siguen; también atiende las necesidades de orden material. Jesús vio que una gran multitud acudía a él, conoció que eran gentes necesitadas y en el acto decidió realizar un maravilloso milagro, a fin de subvenir a aquella necesidad y darle de comer; y así multiplicó milagrosamente aquellos panes y aquellos peces que llevaba consigo un muchacho.

Dios a veces nos donde en circunstancias de prueba; la tentación tiene un doble sentido: incitación al pecado y en este sentido tienta el diablo, que siempre nos induce al mal; pero la tentación tiene también el sentido de prueba o purificación y en ese sentido Dios permite que seamos tentados, para que le podamos demostrar a que lo amamos de verdad.

P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 16 ABRIL


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
16 abril



Dios te ha enviado a ti como verdadero discípulo de Jesús; luego tu boca ha de estar llena de palabras del Señor  y para que tu boca esté llena de esas palabras, tiene que estarlo previamente tu corazón.

Con frecuencia los cristianos descuidan este punto y las conversaciones que se oyen en sus reuniones nada tienen de constructivo y evangelizador; incluso en no pocas ocasiones las conversaciones de los cristianos tienen muy poco de edificantes.

De un modo muy particular has de cuidar tus palabras cuando estás trasmitiendo el mensaje de salvación, las enseñanzas del Evangelio; el respeto que se merece la Palabra de Dios exige que se trasmita con palabras respetuosas y dignas, educadas y cultas, llenas del Espíritu de Dios, que no puede animar palabras incultas, malsonantes o groseras.


P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 19 ABRIL


Los cinco minutos de María - por Alfonso Milagro
19 de abril 



Aunque la Virgen Inmaculada fue santa y perfecta ya desde el primer instante de su existir; santa más que todos los santos juntos ya en aquel primer instante de su vida, sin embargo pudo ir creciendo y creció de hecho en la gracia y santidad momento tras momento.

La gracia va aumentando la virtud y capacidad del alma, de suerte que cuanto más participamos del amor de Dios, más receptivos nos hacemos a su acción; por eso María, a pesar de la plenitud inicial de gracia, pudo ir aumentando más y más ese caudal de santidad.
No basta que vivas en gracia; es preciso que vayas aumentando en ti la intensidad de vida de la gracia.

Madre que sufriste por nosotros, haz que crezca en mí más y más el amor de Dios.

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 18 ABRIL


Los cinco minutos de María - por Alfonso Milagro
18 de abril




No son muchos los cristianos que han estudiado la fe en su profundidad, la teología de la fe, y así han llegado a convencerse de que, cuando la fe es auténtica y llega a su perfección, se convierte en amor.

El que ama de veras llega a la perfección de la fe y el que crece de veras termina amando con generosidad.

Si la Virgen María fue perfecta en su fe, si fue la Virgen creyente por excelencia, se debió a que María amó con toda la fuerza de su naturaleza, con todos los latidos de su Corazón.

Si no tienes suficiente espíritu de fe, examina cómo va tu amor, y si no amas cuanto debes amar, analiza si tu fe es teologal: la fe y el amor son hermana y hermano, que siempre van de la mano.

Madre que buscas nuestra salvación, que mi fe llegue a convertirse en amor, para que mi amor ilumine mi fe.

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 17 ABRIL


Los cinco minutos de María - por Alfonso Milagro
17 de abril




No son muchos los cristianos que han estudiado la fe en su profundidad, la teología de la fe, y así han llegado a convencerse de que, cuando la fe es auténtica y llega a su perfección, se convierte en amor.

El que ama de veras llega a la perfección de la fe y el que crece de veras termina amando con generosidad.

Si la Virgen María fue perfecta en su fe, si fue la Virgen creyente por excelencia, se debió a que María amó con toda la fuerza de su naturaleza, con todos los latidos de su Corazón.

Si no tienes suficiente espíritu de fe, examina cómo va tu amor, y si no amas cuanto debes amar, analiza si tu fe es teologal: la fe y el amor son hermana y hermano, que siempre van de la mano.

Madre que buscas nuestra salvación, que mi fe llegue a convertirse en amor, para que mi amor ilumine mi fe.

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 16 DE ABRIL


Los cinco minutos de María 
16 abril
Alfonso Milagro




La página del Evangelio que nos refiere la pérdida del Niño Jesús, y la susbsiguiente búsqueda de su Madre hasta encontrarlo en el Templo, nos está dando las pautas para nuestra búsqueda de Dios.
El hombre es el eterno peregrino que se dirige a Dios, sintiendo su necesidad, buscando su presencia, anhelando su posesión, añorando su amor. Un peregrino que da pasos vacilantes y cansados, pero siempre ordenados a la búsqueda del Señor.
El caminante se apoya en un báculo, que le facilita el caminar; el báculo del cristiano peregrinante hacia la patria celestial ha de ser María; si en ella te apoyas, no caerás; si en ella confías, no te desalentarás; si ella te acompaña, no te perderás.

Madre de Dios, signo de esperanza y de consuelo para el caminante, sé también ahora mi apoyo seguro.