jueves, 19 de marzo de 2020

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY JUEVES 19 DE MARZO DE 2020, FIESTA DE SAN JOSÉ


Lecturas de hoy San José
Hoy, jueves, 19 de marzo de 2020


Primera lectura
Lectura del segundo libro de Samuel (7,4-5a.12-14a.16):

En aquellos días, recibió Natán la siguiente palabra del Señor:
- «Ve y dile a mi siervo David: "Esto dice el Señor: Cuando tus días se hayan cumplido y te acuestes con tus padres, afirmaré después de ti la descendencia que saldrá de tus entrañas, y consolidaré su realeza. El cons¬truirá una casa para mi nombre, y yo consolidaré el trono de su realeza para siempre. Yo seré para él padre, y él será para mí hijo. Tu casa y tu reino durarán por siempre en mi presencia; tu trono permanecerá por siempre." ».

Palabra de Dios


Salmo
Sal 88,2-3.4-5.27.29

R/. Su linaje será perpetuo

Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dije: «Tu misericordia es un edificio eterno,
más que el cielo has afianzado tu fidelidad.» R.

Sellé una alianza con mi elegido,
jurando a David, mi siervo:
«Te fundaré un linaje perpetuo,
edificaré tu trono para todas las edades.» R.

El me invocará: «Tú eres mi padre, mi Dios,
mi Roca salvadora.»
Le mantendré eternamente mi favor,
y mi alianza con él será estable. R.


Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (4,13.16-18):

Hermanos:
No fue la observancia de la Ley, sino la justificación obtenida por la fe, la que obtuvo para Abrahán y su
descendencia la promesa de heredar el mundo.
Por eso, como todo depende de la fe, todo es gracia; así, la promesa está asegurada para toda la descendencia, no solamente para la descendencia legal, sino también para la que nace de la fe de Abrahán, que es padre de todos nosotros. Así, dice la Escritura: «Te hago padre de muchos pueblos.»
Al encontrarse con el Dios que da vida a los muertos y llama a la existencia lo que, no existe, Abrahán
creyó.
Apoyado en la esperanza, creyó, contra toda esperanza, que llegaría a ser padre de muchas naciones, según lo que se le había dicho: «Así será tu descendencia.»

Palabra de Dios



Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (1,16.18-21.24a):


Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.
El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera:
María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo:
- «José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.»
Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor.

Palabra del Señor





Comentario al Evangelio de hoy jueves, 19 de marzo de 2020
Severiano Blanco, cmf


Queridos hermanos:

Todos tenemos un gran aprecio por la Eucaristía, y nos emociona la lectura de las narraciones de la Última Cena. Pero quizá nunca nos hemos detenido a pensar que Jesús, en buena medida, no hizo sino lo que había visto hacer a San José en el hogar de Nazaret. La cena pascual judía era una celebración de carácter doméstico, no del templo ni de la sinagoga, presidida por el padre de familia.

José tuvo la incomparable vocación de acompañar a Jesús en su formación como judío creyente, quizá enseñarle algunos salmos, llevarle a la sinagoga, recordarle los momentos clave de la historia religiosa del Pueblo. En otra época se tuvo más devoción a San José: se celebraban “siete domingos” en su honor, y, en muchos lugares, su fiesta –casi siempre en cuaresma- era el día del “cumplimiento pascual”. Pero tal vez fue una devoción más apoyada en leyendas discutibles que en datos consistentes. Mucho de aquello ha caído, y tenía que caer. Ciertamente es escasa la información que tenemos sobre José. No sabemos si era anciano o joven, si silencioso o parlanchín (se le ha tenido por lo primero a causa simplemente de nuestra ignorancia de palabras suyas).

Pero el evangelio, principalmente el de Mateo, nos transmite unos datos de gran interés teológico-espiritual. José es llamado “justo” y se le dice que no tenga “temor” en llevarse a María como esposa. Ese temor no puede ser sino la reverencia ante lo divino que sabe que habita en ella. Muy probablemente la traducción correcta sea: “no tengas temor… porque la criatura de que es portadora venga del Espíritu Santo” (aunque no se nos diga cómo llegó a saberlo). Para él, convivir con María será vivir en el templo; y él sabe que no es sacerdote, que no está habilitado para tal familiaridad. Este es el respeto, el “temor” religioso que practica José.

En su conjunto, la narración evangélica que hemos oído es la invitación a José a que no se asuste de vivir permanentemente en un ámbito sagrado, él, que es un hombre “justo”, es decir, “respetuoso de Dios”. Se le encarga incluso que realice funciones de padre con el hijo de Yahvé, que no es su hijo biológico, como es la de “imponerle el nombre”, que le custodie y acompañe en su minoría de edad… Es un hermoso relato de vocación.

Y todo culmina con la aceptación por parte de José, con la afirmación de su obediencia hacia lo que Dios espera de él. Al final del relato podría afirmarse de nuevo que era “justo”, y que, con todo el “estremecimiento” que ello le causara, dejó que Dios le condujese por caminos insospechados. Se nos invita a todos a vivir esa misma fe, al sobrecogimiento de quien se encuentra con lo sobrenatural, y a transmitir a otros esos mismos dones de que disfrutamos. E igualmente a confiar en Dios cuando nos parezca que nos propone algo superior a nuestras capacidades.

Vuestro hermano

Severiano Blanco cmf

miércoles, 18 de marzo de 2020

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY MIÉRCOLES 18 DE MARZO DE 2020


Lecturas de hoy Miércoles de la 3ª semana de Cuaresma
Hoy, miércoles, 18 de marzo de 2020


Primera lectura
Lectura del libro del Deuteronomio (4,1.5-9):

MOISÉS habló al pueblo, diciendo:
«Ahora, Israel, escucha los mandatos y decretos que yo os enseño para que, cumpliéndolos, viváis y entréis a tomar posesión de la tierra que el Señor, Dios de vuestros padres, os va a dar.
Mirad: yo os enseño los mandatos y decretos, como me mandó el Señor, mi Dios, para que los cumpláis en la tierra donde vais a entrar para tomar posesión de ella.
Observadlos y cumplidlos, pues esa es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia a los ojos de los pueblos, los cuales, cuando tengan noticia de todos estos mandatos, dirán:
“Ciertamente es un pueblo sabio e inteligente esta gran nación”.
Porque ¿dónde hay una nación tan grande que tenga unos dioses tan cercanos como el Señor, nuestro Dios, siempre que lo invocamos?
Y ¿dónde hay otra nación tan grande que tenga unos mandatos y decretos tan justos como toda esta ley que yo os propongo hoy?
Pero, ten cuidado y guárdate bien de olvidar las cosas que han visto tus ojos y que no se aparten de tu corazón mientras vivas; cuéntaselas a tus hijos y a tus nietos».

Palabra de Dios

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Salmo
Sal 147,12-13.15-16.19-20

R/. Glorifica al Señor, Jerusalén

V/. Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión.
Que ha reforzado los cerrojos de tus puertas,
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti. R/.

V/. Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz;
manda la nieve como lana,
esparce la escarcha como ceniza. R/.

V/. Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos. R/.

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Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,17-19):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud.
En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley.
El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos.
Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos».

Palabra del Señor

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Comentario al Evangelio de hoy miércoles, 18 de marzo de 2020
Severiano Blanco, cmf


Queridos hermanos:

Cuando Israel regresa del exilio babilónico, se encuentra con que su tierra está en buena medida habitada por paganos, como lo estaba cuando sus antepasados llegaron de Egipto. Y las advertencias supuestamente del tiempo del Éxodo sirven igual para la nueva situación: El Deuteronomio exhorta a no contaminarse con la idolatría del nuevo lugar geográfico, a no sucumbir al riesgo de una excesiva acomodación, hoy diríamos “inculturación”, que a veces es un ponerse a la moda o identificarse acríticamente con el nuevo medio sociológico. Esto sucedió frecuentemente en la Europa de los años 50-60: el desplazamiento desde los pueblos a las grandes ciudades industriales, o a otros países con mejores perspectivas económicas; ¡cuántos hasta entonces practicantes dejaron rápidamente de serlo! Pensaron que era preciso “modernizarse”, sin molestarse en distinguir valores y contravalores. Tal vez la religiosidad vivida hasta entonces, que tan rápida y fácilmente se esfumó, era más de barniz que de convicciones profundas. Eso la catequesis actual, tanto de niños como de adultos, debiera tenerlo en cuenta; y cada uno debemos también preguntarnos hasta dónde cala en nosotros lo religioso.

En España, y quizá en algunos otros países, se ha dado posteriormente otra acomodación acrítica, la de la política: “¿cómo voy a seguir yendo a la Iglesia si me he afiliado a tal partido, y hasta me he presentado para concejal?” Es muy oportuna la advertencia bíblica: “cuidado con olvidar los sucesos que vieron tus ojos”.

Jesús desconcertó a muchos de sus contemporáneos (eso explica su final). Algunos le vieron “demasiado de manga ancha” en lo referente al descanso sabático, o en la interpretación de otras prescripciones legales, algunas un tanto ridículas: estaba permitido arrancar espigas en sábado, pero no desgranarlas… Jesús fue crítico con tales minucias, pero no fue un esnobista frívolo: miró hacia el fondo de las cosas, no a la superficie, y subrayó lo que podía responder a la Alianza y lo que no. Sus innovaciones mostraban su búsqueda apasionada de la voluntad del Padre en profundidad. No se inquietó por lo “novedoso” ni por lo “desfasado”, sino por lo auténtico. A algunos superficiales les pareció un ácrata; no percibieron a tiempo que pretendía purificar, además de los miembros físicos, los sentimientos del corazón y enderezar hasta las intenciones que pueden enturbiar una mirada.

Para Jesús ningún detalle era despreciable; no le iba lo de brocha gorda o trazo grueso, sino el pincel fino, el detalle que perfecciona la obra de arte, hasta “el mandamiento más pequeño”, hasta “la última tilde de la ley”. Lo que estaba en juego era el respeto a Dios y la perfección humana, y en esos campos nada da lo mismo.

Vuestro hermano

Severiano Blanco cmf

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 18 DE MARZO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
18 de marzo




El hombre tiene dos alternativas: o con Jesús o contra él; no hay término medio; quien no se entrega voluntariamente a Jesucristo, cae bajo la influencia del mal.

La indecisión ya es una traición; la pereza y la dilación de la respuesta a Jesús ya es también una traición;  la respuesta pronta, pero parcial y no de entrega total a la voluntad y al precepto de Jesús, es también una traición.

En sus cristianos Jesús no admite ni parcialidades, ni dilaciones; él se entregó por nosotros; nosotros debemos entregarnos todos a él.




P. Alfonso Milagro

martes, 17 de marzo de 2020

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 17 DE MARZO



LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
17 de marzo


¿Eres fiel en el cumplimiento de lo mandado en el Evangelio? ¿Haces de las palabras de Jesucristo la norma de tu vida? ¿No te contentas con cumplir tú la ley, sino que la enseñas a los demás y los estimulas a su cumplimiento con la fuerza de tu palabra y el testimonio de tu vida?

El apóstol de Jesús tiene que esforzarse por la implementación del Reino de Dios en el mundo y el Reino de Dios es un reino de justicia, verdad, amor, paz.



P. Alfonso Milagro

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY MARTES 17 DE MARZO DE 2020


Lecturas de hoy Martes de la 3ª semana de Cuaresma
Hoy, martes, 17 de marzo de 2020



Primera lectura
Lectura de la profecia de Daniel (3,25.34-43):

EN aquellos días, Azarías, puesto en pie, oró de esta forma; alzó la voz en medio del fuego y dijo:
«Por el honor de tu nombre,
no nos desampares para siempre,
no rompas tu alianza,
no apartes de nosotros tu misericordia.
Por Abrahán, tu amigo; por Isaac, tu siervo;
por Israel, tu consagrado;
a quienes prometiste multiplicar su descendencia
como las estrellas del cielo,
como la arena de las playas marinas.
Pero ahora, Señor, somos el más pequeño
de todos los pueblos;
hoy estamos humillados por toda la tierra
a causa de nuestros pecados.
En este momento no tenemos príncipes,
ni profetas, ni jefes;
ni holocausto, ni sacrificios,
ni ofrendas, ni incienso;
ni un sitio donde ofrecerte primicias,
para alcanzar misericordia.
Por eso, acepta nuestro corazón contrito
y nuestro espíritu humilde,
como un holocausto de carneros y toros
o una multitud de corderos cebados.
Que este sea hoy nuestro sacrificio,
y que sea agradable en tu presencia:
porque los que en ti confían
no quedan defraudados.
Ahora te seguimos de todo corazón,
te respetamos, y buscamos tu rostro;
no nos defraudes, Señor;
trátanos según tu piedad,
según tu gran misericordia.
Líbranos con tu poder maravilloso
y da gloria a tu nombre, Señor».

Palabra de Dios


Salmo
Sal 24,4-5ab.6.7bc.8-9

R/. Recuerda, Señor, tu ternura

V/. Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R/.

V/. Recuerda, Señor, que tu ternura
y tu misericordia son eternas;
acuérdate de mí con misericordia,
por tu bondad, Señor. R/.

V/. El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes. R/.



Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (18,21-35):

EN aquel tiempo, acercándose Pedro a Jesús le preguntó:
«Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?».
Jesús le contesta:
«No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.
Por esto, se parece el reino de los cielos a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus criados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así. El criado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo:
“Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo”.
Se compadeció el señor de aquel criado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda. Pero al salir, el criado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, agarrándolo, lo estrangulaba diciendo:
“Págame lo que me debes”.
El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba diciendo:
“Ten paciencia conmigo y te lo pagaré”.
Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía.
Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo:
“¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo rogaste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?”.
Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda.
Lo mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si cada cual no perdona de corazón a su hermano».

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy martes, 17 de marzo de 2020
Severiano Blanco, cmf


Queridos hermanos:

El libro de Daniel se compuso probablemente en la época de las guerras macabeas, en el siglo II antes de Cristo. El autor, ficticiamente, sitúa sus narraciones cuatro siglos antes, en tiempos del exilio babilónico, profundamente grabado en el imaginario religioso de Israel. Una vez más el pueblo elegido está siendo aplastado por el imperio de turno, ahora el siro-seléucida, y su templo, malamente reconstruido al regreso de Babilonia, ha sido despiadadamente profanado: “no tenemos príncipes, ni holocaustos, ni un lugar donde ofrecerte primicias”. La oración de Azarías es semejante a las Lamentaciones. Otra catástrofe más, que el pueblo interpreta como castigo pedagógico por sus pecados y que, bajo la guía de algún líder clarividente, sabe aprovechar para definir de nuevo qué es lo que agrada a Dios: no principalmente un templo de piedra o la sangre de animales, sino “un corazón contrito y un espíritu humilde”. Esto no debe entenderse como una invitación a andar triste y cabizbajo por la vida, sino a reconocerse sencillamente criatura necesitada de su creador, limitada, no autosuficiente ni capaz de salvarse a sí misma, necesitada de perdón y comprensión.

La liturgia cuaresmal acierta al ofrecer este texto a nuestra reflexión; estamos en un “tiempo fuerte”, en el que buscamos formas siempre más auténticas de vivir la fe.

El evangelio vuelve sobre el tema del perdón. Jesús habla de él recurriendo al estilo hiperbólico oriental, con el que nos presenta de forma más impresionante la inconmensurable generosidad de Dios. El creyente, ante todo, deberá admirarla y agradecerla, y luego intentar transparentarla en su propio proceder. 10.000 talentos era una cantidad tan exorbitada que nadie podía ser acreedor de ella, ni poseerla. Y nadie suele pasar tan ofendido por la vida que tenga que perdonar 490 veces (aunque el texto pudiera significar también 77 veces, ¡que ya es!). En un caso y en otro, se trata de una gran generosidad, muy lejos de la casi raquítica propuesta de Pedro.

Lo de Dios en relación con nosotros es siempre de exceso, de superabundancia y de derroche. San Pablo dice que “donde abundó el pecado sobreabundó la gracia” (Rm 5,20) y que “el tesoro de su gracia ha sido un derroche para con nosotros” (Ef 1,8).

Pero lo que Dios en último término desea, repetimos, es ser imitado en su generosidad: “que seáis hijos de vuestro Padre, que regala la lluvia justos e injustos” (Mt 5,45). ¿Cómo es posible que un receptor de tan sobreabundante perdón o condonación no sea capaz de perdonar una minucia?


Vuestro hermano

Severiano Blanco cmf

¡QUÉDATE EN CASA!
















lunes, 16 de marzo de 2020

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY LUNES 16 DE MARZO DE 2020


Lecturas de hoy Lunes de la 3ª semana de Cuaresma
Hoy, lunes, 16 de marzo de 2020



Primera lectura
Lectura del segundo libro de los Reyes (5,1-15a):

Lectura del segundo libro de los Reyes.

EN aquellos días, Naamán, jefe del ejército del rey de Siria, era hombre notable y muy estimado por su señor, pues por su medio el Señor había concedido la victoria a Siria.
Pero, siendo un gran militar, era leproso.
Unas bandas de arameos habían hecho una incursión trayendo de la tierra de Israel a una muchacha, que pasó al servicio de la mujer de Naamán. Dijo ella a su señora:
«Ah, si mi señor pudiera presentarse ante el profeta que hay en Samaría. Él lo curaría de su lepra».
Fue (Naamán) y se lo comunicó a su señor diciendo:
«Esto y esto ha dicho la muchacha de la tierra de Israel».
Y el rey de Siria contestó:
«Vete, que yo enviaré una carta al rey de Israel».
Entonces tomó en su mano diez talentos de plata, seis mil siclos de oro, diez vestidos nuevos y una carta al rey de Israel que decía:
«Al llegarte esta carta, sabrás que te envío a mi siervo Naamán para que lo cures de su lepra».
Cuando el rey de Israel leyó la carta, rasgó sus vestiduras, diciendo:
«¿Soy yo Dios para repartir vida y muerte? Pues me encarga nada menos que curar a un hombre de su lepra. Daos cuenta y veréis que está buscando querella contra mí».
Eliseo, el hombre de Dios, oyó que el rey de Israel había rasgado sus vestiduras y mandó a que le dijeran:
«Por qué has rasgado tus vestiduras? Que venga a mí y sabrá que hay un profeta en Israel».
Llegó Naamán con sus carros y caballos y se detuvo a la entrada de la casa de Eliseo. Envió este un mensajero a decirle:
«Ve y lávate siete veces en el Jordán. Tu carne renacerá y quedarás limpio».
Naamán se puso furioso y se marchó diciendo:
«Yo me había dicho: “Saldrá seguramente a mi encuentro, se detendrá, invocará el nombre de su Dios, frotará con su mano mi parte enferma y sanaré de la lepra”. El Abaná y el Farfar, los ríos de Damasco, ¿no son mejores que todas las aguas de Israel? Podría bañarme en ellos y quedar limpio».
Dándose la vuelta, se marchó furioso. Sus servidores se le acercaron para decirle:
«Padre mío, si el profeta te hubiese mandado una cosa difícil, ¿no lo habrías hecho? ¡Cuánto más si te ha dicho: “Lávate y quedarás limpio”!».
Bajó, pues, y se bañó en el Jordán siete veces, conforme a la palabra del hombre de Dios. Y su carne volvió a ser como la de un niño pequeño: quedó limpio.
Naamán y toda su comitiva regresaron al lugar donde se encontraba el hombre de Dios. Al llegar, se detuvo ante él exclamando:
«Ahora conozco que no hay en toda la tierra otro Dios que el de Israel».

Palabra de Dios


Salmo
Sal 41,2.3;42,3.4

R/. Mi alma tiene sed del Dios vivo:
¿cuándo veré el rostro de Dios?

V/. Como busca la cierva corrientes de agua,
así mi alma te busca a ti, Dios mío. R/.

V/. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver el rostro de Dios? R/.

V/. Envía tu luz y tu verdad:
que ellas me guíen
y me conduzcan hasta tu monte santo,
hasta tu morada. R/.

V/. Me acercaré al altar de Dios,
al Dios de mi alegría;
y te daré gracias al son de la cítara,
Dios, Dios mío. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (4,24-30):

HABIENDO llegado Jesús a Nazaret, le dijo al pueblo en la sinagoga:
«En verdad os digo que ningún profeta es aceptado en su pueblo. Puedo aseguraros que en Israel había muchas viudas en los días de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías sino a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, sin embargo, ninguno de ellos fue curado sino Naámán, el sirio».
Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo echaron fuera del pueblo y lo llevaron hasta un precipicio del monte sobre el que estaba edificado su pueblo, con intención de despeñarlo.
Pero Jesús se abrió paso entre ellos y seguía su camino.

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy lunes, 16 de marzo de 2020
Severiano Blanco, cmf


Queridos hermanos:

Todos conocemos a esos enfermos que solo quedan satisfechas si el médico les receta un medicamento muy caro. Pero a Eliseo, que no era médico ni apenas curandero, no le gustaba la aparatosidad; así que sus pacientes se iban decepcionados. Y eso que le tocó realizar la curación más difícil de la época: la de un leproso. En el AT el leproso es un maldito de Dios, y la lepra es considerada como equivalente de la muerte, “hijo predilecto de la muerte” (Job 18,13). Los rabinos decían que Eliseo había resucitado a dos muertos, pues, además de devolver a la vida al muchacho hijo de la viuda (2Re 4,32ss), había curado la lepra de Naamán (2Re 5). Y dar la vida a un muerto es algo reservado a Dios, como deja claro el rey de Israel ante la propuesta que le traen de Siria.

Pero el mensaje litúrgico de hoy pone el acento en otro lugar. Se trata de que el curado es un forastero, no un israelita, lo cual dará a Jesús materia de muchos comentarios. Algunos judíos se arrogaban la exclusiva de la santidad y de la experiencia de la misericordia de Dios, cosa que Jesús criticará duramente, haciéndolos despertar de sus rutinas y de su orgullo. Una vez se encontrará con un centurión romano tan abierto a su mensaje, con tan buenas disposiciones religiosas, que le hará exclamar: “en ningún israelita he encontrado tanta fe” (Lc 7,9). Y la expresión la generalizará en aquella otra de “vendrán muchos de oriente y de occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa con Abrahán, Isaac y Jacob, mientras que los hijos del reino serán echados fuera” (Mt 8,11s). Jesús anuncia la salvación universal.

La raíz de la controversia con que nos encontramos hoy está en el rechazo del mensaje generoso de Jesús, en la cerrazón de su pueblo a acoger su invitación a renovarse, a cambiar, a sustituir las ansias de venganza por la compasión, por el anuncio del año de amnistía, de gracia del Señor. Los “de siempre”, los “cumplidores”, protestan; muy satisfechos de sí mismos, preferirían un Mesías justiciero a uno compasivo. No quieren la novedad anunciada por Jesús: el perdón de Dios gratuito, la compasión para con los pecadores desesperados (“vendar los corazones desgarrados”).

El final de la escena es sorprendente. Quienes han podido conducir a Jesús hasta el precipicio no son capaces de echarle mano cuando huye por en medio de todos ellos. Difícil de valorar históricamente, la escena tiene una fuerte carga simbólica: es una anticipación de la resurrección; ni Pilatos ni Caifás podrán detener al Resucitado. Jesús ha triunfado, y, con él, la misericordia del Padre que él anunciaba y visualizaba.

Vuestro hermano
Severiano Blanco cmf