domingo, 15 de noviembre de 2015

CORAZÓN DE JESÚS, PACIENTE Y DE MUCHA MISERICORDIA



 CORAZÓN DE JESÚS, PACIENTE Y DE MUCHA MISERICORDIA
27 de julio, 1986


1-Hoy, con ocasión de la oración del Ángelus, deseamos releer una vez más, junto con María, el Evangelio; en cierto sentido lo releemos todo entero, e inmediatamente. En él subyace el Corazón de Jesús, paciente e inmensamente misericordioso.
¿No es tal vez así el Corazón de Aquel que "pasé haciendo bien" a todos (Hch 10,38)? ¿De Aquel que hizo que los ciegos adquiriesen la vista, los cojos caminasen, los muertos resucitasen? ¿Que a los pobres se les anunciara la Buena Nueva (Lc 7,22)?
¿No es tal vez así el Corazón de Jesús, que no tenia El mismo dónde reclinar la cabeza mientras que los lobos tienen sus guaridas y los pájaros sus nidos (Mt 8,20)?
¿No es tal vez así el Corazón de Jesús, que defendió a la mujer adúltera de la lapidación y luego le dijo: "Vete, y de ahora en adelante no peques más (Jn 8,3-10).?
¿No es tal vez así el Corazón de Aquel que fue llamado "amigo de publicanos y pecadores" (Mt 11,19)?

2- ¡Miremos, junto con María, el interior de este Corazón! ¡Releámoslo a lo largo del Evangelio!
Más aún, sobre todo releamos este corazón en el momento de la crucifixión. Cuando ha sido traspasado por la lanza. Cuando se ha desvelado hasta el fondo el misterio en El escrito.
El Corazón paciente porque está abierto a todos los Sufrimientos del hombre. ¡El Corazón paciente, porque está dispuesto El mismo a aceptar un sufrimiento inconmensurable con metro humano!
¡El Corazón paciente, porque es inmensamente misericordioso!
En efecto, ¿qué es la misericordia, sino esa medida particular del amor, que se expresa en el sufrimiento?
¿Qué es, en efecto, la misericordia sino esa medida definitiva del amor, que desciende al centro mismo del mal para vencerlo con el bien?
¿Qué es sino el amor que vence el pecado del mundo mediante el sufrimiento y la muerte?

3. ¡Corazón de Jesús, paciente y de mucha misericordia!
¡Madre, que has mirado en este Corazón, cuando estabas presente al pie de la cruz!
Madre que, por voluntad de este Corazón, te has hecho Madre de todos nosotros.
¿Quién conoce como Tú el misterio del Corazón de Jesús en Belén, en Nazaret, en el Calvario?
¿Quién como Tú sabe que es paciente e inmensamente misericordioso?
¿Quién como Tú da testimonio incesantemente de ello?



 







CORAZÓN DE JESÚS, DESEO DE LOS ETERNOS COLLADOS



 CORAZÓN DE JESÚS, DESEO DE LOS ETERNOS COLLADOS

20 de julio, 1986

1.A lo largo de estos domingos, cuando nos congregarnos para la plegaria del mediodía, rezamos las letanías del Sagrado Corazón en unión particular con la Madre de Jesús.
El Ángelus dominical es, en efecto, nuestra cita de oración con María. Junto con Ella recordamos la Anunciación, que fue ciertamente un acontecimiento decisivo en su vida.
Y he aquí que, en el centro de este acontecimiento, descubrimos el Corazón. Se trata del amor del Hijo de Dios, que desde el momento de la Encarnación comienza a desarrollarse bajo el Corazón de la Madre junto con el Corazón humano de su Hijo.

2. ¿Es este Corazón "deseo" del mundo?
Mirando el mundo tal como visiblemente nos rodea, debemos constatar con San Juan que está sometido a la concupiscencia de la carne, a la concupiscencia de los ojos y a la soberbia de la vida (Jn 2,16). Y este "mundo" parece estar lejos del deseo del Corazón de Jesús. No comparte sus deseos. Permanece extraño y, a veces, incluso hostil respecto a EL. Este es el "mundo" del que el Concilio dice que está "esclavizado bajo la servidumbre del pecado (Gaudium et Spes) . Y lo dice de acuerdo con toda la Revelación, con la Sagrada Escritura y con la Tradición (e incluso, digamos también, con nuestra experiencia humana).

3. Sin embargo, contemporáneamente, el mismo "mundo" ha sido llamado a la existencia por amor del Creador, y este amor le mantiene constantemente en la existencia.
Se trata del mundo como el conjunto de las criaturas visibles e invisibles, y en particular "la entera familia humana con el conjunto universal de las realidades entre las que ésta vive"(Gaudium et Spes, 2).
Es el mundo que, precisamente a causa de la "servidumbre del pecado" ha sido sometido a la caducidad - como enseña San Pablo -y, por ello, gime y siente dolores de porto, esperando con impaciencia la manifestación de los hijos de Dios, porque sólo por este camino se puede liberar realmente de la esclavitud- de la corrupción, para participar de la libertad y de la gloria de los hijos de Dios (Rm. 8,19-22).

4.Este mundo - a pesar del pecado y la triple concupiscencia - está -orientado al amor, que llena el Corazón humano del Hijo de María. Y por ello, uniéndonos a Ella, pedimos: Corazón de Jesús, deseo de los eternos collados, lleva a los corazones humanos, acerca a nuestro tiempo esa liberación que está en el Evangelio, en tu cruz y resurrección: ¡Que está en tu Corazón!


 








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