sábado, 25 de junio de 2016

LA OTRA MEJILLA


La otra mejilla



Existía un monasterio que estaba ubicado en lo alto de la montaña. 
Sus monjes eran pobres, pero conservaban en una vitrina tres manuscritos antiguos, muy piadosos. 

Vivían de su esforzado trabajo rural y fundamentalmente de las limosnas que les dejaban los fieles curiosos que se acercaban a conocer los tres rollos, únicos en el mundo. 

Eran viejos papiros, con fama universal de importantes y profundos.

En cierta oportunidad un ladrón robó dos rollos y fugó por la ladera. 

Los monjes avisaron con rapidez al abad. 

El superior, como un rayo, buscó la parte que había quedado y con todas sus fuerzas corrió tras el agresor y lo alcanzó:

- Que has hecho? Me has dejado con un solo rollo. No me sirve. Nadie va a venir a leer un mensaje que está incompleto. Tampoco tiene valor lo que me robaste. O me das lo que es del templo o te llevas también este texto. Así tienes la obra completa.
- Padre, estoy desesperado, necesito urgente hacer dinero con estos escritos santos.

- Bueno, toma el tercer rollo. Sino, se va a perder en el mundo algo muy valioso. Véndelo bien. Estamos en paz. Que Dios te ilumine.

Los monjes no llegaron a comprender la actitud del abad. 
Estimaron que había estado flojo con el rapaz, y que era el monasterio el que había perdido. 
Pero guardaron silencio, y todos dieron por terminado el episodio.

Cuenta la historia que a la semana, el ladrón regresó. 
Pidió hablar con el Padre Superior:

- Aquí están los tres rollos, no son míos. Los devuelvo. Te pido en cambio que me permitas ingresar como monje. Mi vida se ha transformado.

Nunca ese hombre, había sentido la grandeza del perdón, la presencia de la generosidad excelente.

El abad recuperó los tres manuscritos para beneficio del monasterio, ahora mucho más concurrido por la leyenda del robo y del resarcimiento.

Y además consiguió un monje trabajador y de una honestidad a toda prueba.

El agresor espera agresión, no una respuesta creativa, inesperada, insólita. No sospecha la conmoción del poder incalculable de la otra mejilla.



Enrique Mariscal

JUNIO, MES DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS - DÍA 25 -


Nardo del 25 de Junio
!Oh Sagrado Corazón, fuente de unión!

Meditación: ¿Señor, me dejas espiar por una rendija en Tu vida...?. Te veo caminando por la pequeña Nazaret, pero no pareces un rey...tampoco un juez. Te ves esbelto, fuerte, de rostro hermoso. Tu mirada es profunda...miras los corazones de todos los hombres. Junto a Ti algunos discípulos van caminando, creo que son Pedro, Santiago y Juan...los escucho hablar de otros hermanos que han encontrado, y dicen que no tienen un corazón sano. De repente los miras y con imponente voz interrumpes su conversación. Se Te escucha decir: "no os quiero ver juzgar, sino sólo amar y predicar para cambiar lo que está mal...". Los discípulos hacen silencio, pues ha hablado el Maestro. 

Y ahora me imagino, Señor, verte caminar aquí...a mi lado, y que yo también voy hablando de mis hermanos. Señor, Tú me dirías lo mismo y me recordarais Tus enseñanzas: "...así como juzguéis seréis juzgados...", o aquella otra: "...el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra...". Señor, creo que no soportaría Tu Mirada, pues cómo verías mi alma, la verías manchada. Señor, yo también voy a hacer silencio, para sacar de mi corazón todo lo que no es bueno y poder seguir así las enseñanzas de mi Maestro. Señor, no permitas que yo ponga discordia, porque conozco Tu gran Misericordia. Haz que busque la unión como símbolo de amor, para ser Uno como lo sos Vos con el Creador y el Espíritu de Santificación.

Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!

¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.

Florecilla: Oremos para que descienda el Espíritu Santo sobre nosotros, y que por Su intermedio nos sigamos purificando, conociendo todo aquello en lo que a Dios no agradamos.



Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.

viernes, 24 de junio de 2016

CAMINOS


Caminos…



¿Has encontrado el sentido de tu vida? ¿Tienes un motivo para levantarte cada mañana con ilusión y alegría? La Madre Teresa de Calcuta decía con frecuencia: “Si no se vive para los demás, la vida carece de sentido”. Es hermoso observar que hay personas que ofrecen con desinterés y generosidad su ayuda a los demás.

Los caminos cuesta abajo son los más fáciles de andar, pero no llevan a la cumbre. Para los hombres que buscan un camino, sé un hombre que abre caminos. El camino que te corresponde recorrer no está trazado, porque nadie lo recorrió jamás. Los caminos más difíciles suelen ser los que llevan a los lugares más hermosos. Hay hombres que caminan para llegar. Hay hombres que caminan para huir. ¿Para qué caminas tú? No fuerces a nadie a seguir tu camino y colabora de manera que cada uno abra el suyo. Cuando no se tiene una meta, todo camino es inútil y tedioso. Cuando quieres seriamente alcanzar una meta terminas abriéndote camino hasta alcanzarla.

El egoísmo atrofia al hombre, que sólo en la donación generosa a los demás encuentra su madurez y plenitud. Si te preocupas demasiado por ti mismo y tu propio entorno, si vives para acumular dinero y comodidades, no te quedará tiempo para los demás. Un corazón sin un hermoso ideal que dé sentido a su vida es triste como un cielo sin estrellas.


* Enviado por el P. Natalio

JUNIO, MES DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS - DÍA 24 -


Nardo del 24 de Junio
¡Oh Sagrado Corazón, que te hiciste mi hermano!

Meditación: Pobre, mi Jesús, que con dulzura nos quieres llevar a la Tierra Prometida. ¿Sabes, Señor, qué pienso cuando aún te miro clavado en el Madero...cuando veo Tu Corazón sangrar?. Con un suspiro lleno de dolor quisiera bajarte de la Cruz, sacarte esos clavos, borrar de Tu Frente todos los pecados que desfiguraron Tu Amado Rostro Santo. Y Tú, con esa Mirada pides amor en un mundo que se olvidó de Dios, que sólo busca el placer, la vanidad, no pensar en los demás para vivir en el yo. Señor, qué lejos de Tus enseñanzas Tú nos viniste a liberar, a mostrar que teníamos que morir a nosotros mismos para vivir en Cristo. Señor, darse por los demás hasta morir. Sí, Tú me lo viniste a decir y yo lo olvidé, el mundo me hizo sordo de corazón y dejé de oír Tu Voz. Creí que yo solo podía, que triunfaría y viviría la buena vida. ¿Qué vida, Señor, si así yo moría, y a pesar de que todo tenía me encontraba con el alma vacía?. Jesús, mi amado, Jesús, mi hermano que todo nos has dado, hazme escuchar Tu hermosa Voz como mi hermano mayor que me miras y me guías, y eres fuente de verdadera alegría. Porque sabes, mi Señor, aún cuando todo me sacaras, si aun tengo Tu Mirada. destella mi alma porque sé que Tú me amas.

Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!

¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.

Florecilla: Seamos sencillos y regalemos sonrisas y consuelo a todos los que están sufriendo, aún cuando nosotros estemos en el huerto.

Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.



jueves, 23 de junio de 2016

TODOS TENEMOS GRIETAS


Todos tenemos grietas



Un cargador de agua de la India tenía dos grandes vasijas que colgaba a los extremos de un palo y que llevaba encima de los hombros. Una de las vasijas tenía varias grietas, mientras que la otra era perfecta y conservaba toda el agua al final del largo camino a pie, desde el arroyo hasta la casa de su patrón. Pero cuando llegaba, la vasija rota solo tenía la mitad del agua.

Durante dos años completos esto fue así diariamente. Desde luego, la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, pues se sabía perfecta para los fines para los que fue creada. Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable porque solo podía hacer la mitad de todo lo que se suponía que era su obligación.

Después de dos años, la tinaja quebrada le habló al aguador diciéndole: "Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque, debido a mis grietas, sólo puedes entregar la mitad de mi carga y sólo obtienes la mitad del valor que deberías recibir".

El aguador apesadumbrado, le dijo compasivamente: "Cuando regresemos a la casa, quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino".

Así lo hizo la tinaja. Y en efecto, vio muchísimas flores hermosas a lo largo del camino; pero de todos modos se sintió apenada porque al final, sólo quedaba dentro de sí la mitad del agua que debía llevar.

El aguador le dijo entonces: "¿Te diste cuenta de que las flores sólo crecen de tu lado del camino? Siempre he sabido de tus grietas, y quise sacar el lado positivo de ello. Sembré semillas de flores a lo largo de todo el camino por donde vas, y todos los días las has regado, y por dos años yo he podido recoger estas flores para decorar el altar de mi Maestro. Si no fueras exactamente como eres, incluidos tus defectos, no hubiera sido posible crear esta belleza"

Cada uno de nosotros tiene sus propias grietas. Todos somos vasijas agrietadas, pero debemos saber que siempre existe la posibilidad de aprovechar las grietas para obtener buenos resultados...

Dedicado a todos mis amigos, que aprovechan sus grietas para hacer crecer hermosos jardines...


* Web católico de Javier

JUNIO, MES DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS - DÍA 23 - ABUNDANCIA DE AMOR


Nardo del 23 de Junio
¡Oh Sagrado Corazón, abundancia de Amor!

Meditación: ¡Oh Señor!. Quién pudiera conocerte verdaderamente a Vos, Señor que te hiciste Hombre y pescador, para enseñarnos a trabajar en el Amor. ¡Oh Señor!, que a todos buscas. Tú, el Rey, te sentabas en una barca y desde el lago de Galilea enseñabas Tu Palabra. Tú, que a los leprosos curabas y sanabas las almas. Tu mirada era sólo Amor y ofrenda del dolor que causaba el hedor de las almas putrefactas. Tú, Señor, que conoces todos nuestros pecados pero a pesar de eso nos sigues amando. Tú, que por nosotros te sigues dando, para que volvamos a Tu lado. Tú, Señor, que por gran Misterio nos quieres dar un corazón nuevo para nacer a Vos y vivir en unión con Nuestro Creador. Señor, que nos regalas la esperanza de habitar algún día en eterna alabanza en la Morada Santa, permite a este siervo Tuyo tirar las redes para llevar a mis hermanos hacia Tus Benditas Manos.

Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!

¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.

Florecilla: Pidamos al Señor, en humilde oración, que podamos ayudar a la conversión de nuestros hermanos.

Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.

miércoles, 22 de junio de 2016

EL VERDADERO HUMILDE


El verdadero  humilde



Antes se nos hacía entender que humilde era aquel que renunciaba a sus cualidades. Sin lugar a dudas que era una posición muy cómoda y no muy cristiana.

Ser humilde no es negar las cualidades que uno posee sino reconocer a las mismas como un regalo de Dios. Es asumir que, desde su bondad, Dios ha querido otorgarle determinadas cualidades para que pueda desarrollarlas desde un servir a los demás. No se es más que un mero administrador de esas cualidades que hacen que se sea lo que se es.

¿Quién puede negar que posee determinadas cualidades? Sería como afirmar la no acción de Dios en su vida y nadie puede hacer tal cosa.

Existe la tentación de mirar las cualidades propias desde una comparación con los demás. Hacer tal cosa no es correcto puesto que a nadie se le habrá de pedir mucho más de lo que uno es capaz de brindar y por lo tanto no hay lugar para las comparaciones.

Tampoco es correcto compararnos puesto que a todos se les habrá de pedir que brinde de sí, a los demás, lo mejor de uno mismo. Tal cosa nos hace saber que al que posee 100 se le habrá de pedir 100 puesto que ello es su “lo mejor”. Pero a quien posee 20 se le habrá de pedir su “lo mejor” y, por lo tanto, sus 20.

No se es administrador para conservar lo que le ha sido dado sino que se es administrador para que haga que lo que se le ha brindado produzca frutos y, por lo tanto, crezca. Si un alguien descubre posee 25 de una determinada cualidad (de alguna manera debemos cuantificar una realidad que no es cuantificable pero los números solamente nos sirven a manera de ejemplo) puede llevarla a 26 y a 27 y así sucesivamente. Siempre se es posible cultivar una cualidad para hacer que ella crezca y se sea más útil a los demás. Siempre se puede ser mejor y ello es parte de la tarea.

“Dar a Dios lo que es de Dios” es brindar lo que se es a los demás. Cada vez que se niega esa entrega está uno apropiándose de algo que no es suyo. Pero, también, está dejando a alguien con las manos vacías. Quizás, inconscientemente, los demás esperan de eso que somos y no es correcto frustrar tal espera. No es porque uno sea mejor que los demás que se brinda sino que lo hace en un intento por ser coherente con lo que gratuitamente ha recibido. Es dar de lo que uno es, de la misma manera que lo ha recibido.

Este dar de lo que uno es, es lo que permite el ejercicio de la complementariedad que mucho se va perdiendo en nuestro hoy. Parecería como que todos viven tan agobiados con sus propias y reales dificultades que no existe voluntad como para complicarse la vida dándose. Porque darse es, siempre, una forma de complicarse la vida. Es mucho más simple dar cosas que dar de lo que hace a uno mismo.

Casi siempre pensamos que ello es muy poco o muy pobre y es preferible dar cosas de mayor valor que esas cosas que están en la constitución personal de cada uno. Es mucho menos comprometedor dar una cosa que un abrazo. Es muchísimo más necesario e importante un abrazo que una cosa. Sin embargo nos remuerde la conciencia por haber negado una cosa pero jamás por haber negado un abrazo.

Pongo el ejemplo del abrazo pero podría ser cualquier otro ejemplo de esas realidades que dicen de nosotros mismos. Decir un abrazo es decir cercanía y muchas otras cosas más y hacer tal cosa es casi como salir a la intemperie y ello jamás es de nuestro agrado. Siempre se hace preferible vivir escondidos detrás de esas máscaras que ofrecen seguridades. Cualquier cosa se vuelve válida con tal de no correr riesgos.

Dios, para con nosotros, vive corriendo riesgos puesto que brinda y deja en manos de nuestra libertad para que se obre como se entienda más conveniente. Continuará dándose para seguir mostrándonos un proceder que espera de cada uno.

Ser humilde es servir porque lo que se es no es otra cosa que un regalo que Dios, desde nosotros, quiere hacer llegar a los demás.


* Padre Martín Ponce de León SDB