miércoles, 9 de mayo de 2018

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 9 MAYO


Los cinco minutos de María - por Alfonso Milagro
9 de mayo



Algunas veces se representa a María teniendo a su Hijo Jesús de pie en sus rodillas y mostrándolo así al mundo, como diciendo a los hombres: "Aquí tienen a mi Hijo, que es su Salvador, el único que los puede librar del pecado, causa de todos los males; acudan a Él, a fin de que Él les conceda la salvación que en vano buscan en otros lugares".

Despreocuparse de Cristo es renunciar a la salvación. Buscar la salvación en otro que no sea Cristo es caminar hacia el fracaso más doloroso.

Madre y Señora de toda la creación, preséntala al Padre, para que la salve.

martes, 8 de mayo de 2018

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 8 MAYO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
8 mayo



Déjate guiar también por el Espíritu de Dios, no ahogues en ti sus impulsos. En determinadas ocasiones sentirás la voz del Espíritu; sea en una comunión, recibida con algo más de detención de la acostumbrada y en la que te pusiste en diálogo amoroso con el Señor Sacramentado; sea en una meditación reposada en la que fuiste analizando tu situación espiritual frente al Evangelio; sea en alguna lectura de algún tema de espiritualidad, o en la conversación con un amigo, o en el intercambio de experiencias religiosas con tu grupo de hermanos cristianos; sea en cien otras ocasiones, podrás sentir en tu intimidad el deseo de una vida más perfecta, más cristiana, más apostólica... Es el Espíritu el que te está inspirando; no te hagas el sordo, no rechaces al Espíritu.



P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 8 MAYO


Los cinco minutos de María - por Alfonso Milagro
8 de mayo




San Pedro cayó en el pecado de negar al Maestro; pero luego consiguió el arrepentimiento y, tras el arrepentimiento, alcanzó el perdón.

No nos cuesta mucho imaginar que San Pedro acudió a la Madre de Jesús para que ella le alcanzara el perdón de su divino Hijo, y tampoco nos cuesta imaginar el afecto y la ternura con que fue recibido el apóstol pecador, arrepentido y lloroso.

Ese y no otro debe ser el camino que nosotros debemos seguir, si en alguna oportunidad caemos en pecado; no debemos desesperar del perdón, pues conocemos las entrañas de misericordia con que Dios nos espera, pero haremos muy bien en acudir a la Madre del perdón, para que sea ella la que nos presente al divino Redentor.

Madre del amor, suscita en nosotros el arrepentimiento sincero de nuestras culpas.