miércoles, 29 de enero de 2020

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY MIÉRCOLES 29 DE ENERO DE 2020


Lecturas de hoy Miércoles de la 3ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, miércoles, 29 de enero de 2020



Primera lectura
Lectura del segundo libro de Samuel (7,4-17):

En aquellos días, recibió Natán la siguiente palabra del Señor: «Ve y dile a mi siervo David: "Así dice el Señor: ¿Eres tú quien me va a construir una casa para que habite en ella? Desde el día en que saqué a los israelitas de Egipto hasta hoy, no he habitado en una casa, sino que he viajado de acá para allá en una tienda que me servía de santuario. Y, en todo el tiempo que viajé de acá para allá con los israelitas, ¿encargué acaso a algún juez de Israel, a los que mandé pastorear a mi pueblo Israel, que me construyese una casa de cedro?" Pues bien, di esto a mi siervo David: "Así dice el Señor de los ejércitos: Yo te saqué de los apriscos, de andar tras las ovejas, para que fueras jefe de mi pueblo Israel. Yo estaré contigo en todas tus empresas, acabaré con tus enemigos, te haré famoso como a los más famosos de la tierra. Daré un puesto a Israel, mi pueblo: lo plantaré para que viva en él sin sobresaltos, y en adelante no permitiré que los malvados lo aflijan como antes, cuando nombré jueces para gobernar a mi pueblo Israel. Te pondré en paz con todos tus enemigos, y, además, el Señor te comunica que te dará una dinastía. Y, cuando tus días se hayan cumplido y te acuestes con tus padres, afirmaré después de ti la descendencia que saldrá de tus entrañas, y consolidaré su realeza. Él construirá una casa para mi nombre, y yo consolidaré el trono de su realeza para siempre. Yo seré para él padre, y él será para mí hijo; si se tuerce, lo corregiré con varas y golpes como suelen los hombres, pero no le retiraré mi lealtad como se la retiré a Saúl, al que aparté de mi presencia. Tu casa y tu reino durarán por siempre en mi presencia; tu trono permanecerá por siempre."»
Natán comunicó a David toda la visión y todas estas palabras.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 88,4-5.27-28.29-30

R/. Le mantendré eternamente mi favor

Sellé una alianza con mi elegido,
jurando a David, mi siervo:
«Te fundaré un linaje perpetuo,
edificaré tu trono para todas las edades.» R/.

«Él me invocará: "Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora";
y yo lo nombraré mi primogénito,
excelso entre los reyes de la tierra.» R/.

«Le mantendré eternamente mi favor,
y mi alianza con él será estable;
le daré una prosperidad perpetua
y un trono duradero como el cielo.» R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (4,1-20):

En aquel tiempo, Jesús se puso a enseñar otra vez junto al lago. Acudió un gentío tan enorme que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y el gentío se quedó en la orilla.
Les enseñó mucho rato con parábolas, como él solía enseñar: «Escuchad: Salió el sembrador a sembrar; al sembrar, algo cayó al borde del camino, vinieron los pájaros y se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra; como la tierra no era profunda, brotó en seguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y, por falta de raíz, se secó. Otro poco cayó entre zarzas; las zarzas crecieron, lo ahogaron, y no dio grano. El resto cayó en tierra buena: nació, creció y dio grano; y la cosecha fue del treinta o del sesenta o del ciento por uno.»
Y añadió: «El que tenga oídos para oír, que oiga.»
Cuando se quedó solo, los que estaban alrededor y los Doce le preguntaban el sentido de las parábolas.
Él les dijo: «A vosotros se os han comunicado los secretos del reino de Dios; en cambio, a los de fuera todo se les presenta en parábolas, para que, por más que miren, no vean, por más que oigan, no entiendan, no sea que se conviertan y los perdonen."»
Y añadió: «¿No entendéis esta parábola? ¿Pues, cómo vais a entender las demás? El sembrador siembra la palabra. Hay unos que están al borde del camino donde se siembra la palabra; pero, en cuanto la escuchan, viene Satanás y se lleva la palabra sembrada en ellos. Hay otros que reciben la simiente como terreno pedregoso; al escucharla, la acogen con alegría, pero no tienen raíces, son inconstantes y, cuando viene una dificultad o persecución por la palabra, en seguida sucumben. Hay otros que reciben la simiente entre zarzas; éstos son los que escuchan la palabra, pero los afanes de la vida, la seducción de las riquezas y el deseo de todo lo demás los invaden, ahogan la palabra, y se queda estéril. Los otros son los que reciben la simiente en tierra buena; escuchan la palabra, la aceptan y dan una cosecha del treinta o del sesenta o del ciento por uno.»

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy miércoles, 
29 de enero de 2020
Severiano Blanco, cmf



Queridos hermanos:

Como en días anteriores, el libro de Samuel nos ofrece cristología davídica. Jesús, el definitivo heredero de David, o David en su plenitud, será el auténtico hijo de Yahvé y el que reúna en torno a sí a muchos hermanos, los hijos en el Hijo. Ese conjunto de los hermanos será el auténtico templo de Dios, el ámbito donde se experimente su presencia. La tarea histórica de Jesús fue la de “reunir a los hijos de Dios dispersos” (Jn 11,52).

Jesús comienza por convocar un grupo de seguidores y seguidoras que quiere esperanzados, llenos de ilusión, acogedores de los pequeños signos del Reino que despunta. La parábola del sembrador impertérrito perteneces a las denominadas de contraste: a una serie de fracasos parciales (siembras malogradas) sigue una cosecha muy superior a lo que se esperaría.

Sin duda, alguna vez los discípulos trataron a Jesús de ingenuo: estaba viendo cuántas miserias y envidias se daban entre ellos y seguía convencido de que, a pesar de todo, los valores del Reino de Dios se implantarían y de que ellos mismos serían luz del mundo y sal de la tierra. Con las parábolas de contraste (la insignificancia de la levadura, del grano de mostaza…) intentaba despertar en ellos altura de miras.

En el conjunto de la narración encontramos sin embargo algo aparentemente escandaloso: al parecer, Jesús hablaría en parábolas ininteligibles para cortar a algunos el acceso a la salvación. Nada más lejos de su intención; las parábolas son el lenguaje más sencillo y pedagógico, “según podía entenderle” (Mc 4,33). Quizá la traducción que tenemos no es la mejor; quizá debiera decir: “así se cumple la Escritura (que dice): ven pero no entienden, salvo que se conviertan y se les conceda el perdón”.

Probablemente el dicho “problemático” originariamente no se refiere solo a las parábolas, sino a toda la acción y predicación de Jesús: a quienes la contemplan solo a distancia, en actitud escéptica, situándose deliberadamente fuera (¿con aire de superioridad?), “todo les resulta un enigma” (mejor que “todo se les da en parábolas”). Jesús lamenta las reservas de los sabios frente a él, la posición de los que solo optan por la crítica o por un descomprometido “ya iremos viendo”. Él desea corazones sencillos, abiertos a su novedad; y, una vez renovados, tendrán que estar vigilantes: que ni las zarzas, ni los cardos, ni la sequedad del terreno (y todo esto recibe nombres muy concretos: los afanes cotidianos, amor al dinero, cobardía ante rechazos) ahoguen la semilla, que está llamada a crecer lozana y frondosa en sus corazonwes.

Vuestro hermano

Severiano Blanco cmf

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 29 DE ENERO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
29 de enero




Si cuando el discípulo llegue a ser perfecto, será como su Maestro (Lc. 6,40), nosotros también debemos ponerse nuestro afán de imitar a Jesús; él nos enseña que no nos basta una mera o teórica aceptación de la Palabra del Padre, sino que se requiere el cumplimiento práctico y real de esa divina voluntad.

No basta que aceptes a Jesús como tu Maestro, si luego no llevas a la práctica sus enseñanzas, si no vives sus Palabras y su Verdad; con esto Jesús te pone en alerta contra un cristianismo de meras fórmulas o de simples aceptaciones de verdades y dogmas, pero que no llega a que esas verdades se hagan vida.



* P. Alfonso Milagro

BIENVENIDOS!




martes, 28 de enero de 2020

ORACIÓN A SANTA MARGARITA MARÍA DE ALACOQUE


Oración a Santa Margarita de Alacoque




¡Oh Bienaventurada Margarita María! depositaria venturosa del tesoro de los cielos, el Corazón Divino de Jesús, permite que, considerándote mi hermana, en este incomparable amor, te ruegue me des con generosidad, la parte que me corresponde en esa mansión de infinita caridad. Confidente de Jesús, acércame tú al Sagrario de su pecho herido; Esposa de predilección, enséñame a sufrir por la dilatación de aquel reinado cuya causa te confió el Maestro. Apóstol del Sagrado Corazón, consígueme que se realicen conmigo las promesas que en beneficio de su gloria, te hizo ochenta y siete veces el Amado; Discípula regalada del Divino Corazón, enséñame la ciencia de conocerlo como lo conociste tú, en el perfecto olvido de mí mismo y de la tierra. Víctima del Corazón de Jesús Sacramentado, toma el mío, y ocúltalo en la llaga donde tú viviste, compartiendo ahí las agonías del Cautivo del amor, de Jesús-Eucaristía. El, te dijo, hermana muy amada, que dispusieras en la eternidad del cielo, de este otro cielo, el de su Corazón Sacramentado; ¡Oh Margarita María! entrégamelo, pues, para consumirme en ese incendio, dámelo para llevarlo como vida redentora a los pobres pecadores y como glorificación de ese mismo Corazón Divino a las almas de los justos. ¡Ah, sí! compartamos, hermana mía el mismo sacrificio, el mismo apostolado, el mismo paraíso del Corazón Divino de Jesús: venga a nos su reino.

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY MARTES 28 DE ENERO DE 2020


Lecturas de hoy Martes de la 3ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, martes, 28 de enero de 2020


Primera lectura
Lectura del segundo libro de Samuel (6,12b-15.17-19):

En aquellos días, fue David y llevó el arca de Dios desde la casa de Obededom a la Ciudad de David, haciendo fiesta. Cuando los portadores del arca del Señor avanzaron seis pasos, sacrificó un toro y un ternero cebado. E iba danzando ante el Señor con todo entusiasmo, vestido sólo con un roquete de lino. Así iban llevando David y los israelitas el arca del Señor entre vítores y al sonido de las trompetas. Metieron el arca del Señor y la instalaron en su sitio, en el centro de la tienda que David le había preparado. David ofreció holocaustos y sacrificios de comunión al Señor y, cuando terminó de ofrecerlos, bendijo al pueblo en el nombre del Señor de los ejércitos; luego repartió a todos, hombres y mujeres de la multitud israelita, un bollo de pan, una tajada de carne y un pastel de uvas pasas a cada uno. Después se marcharon todos, cada cual a su casa.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 23,7.8.9.10

R/. ¿Quién es ese Rey de la gloria?
Es el Señor en persona

¡Portones!, alzad los dinteles,
que se alcen las antiguas compuertas:
va a entrar el Rey de la gloria. R/.

¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, héroe valeroso;
el Señor, héroe de la guerra. R/.

¡Portones!, alzad los dinteles,
que se alcen las antiguas compuertas:
va a entrar el Rey de la gloria. R/.

¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, Dios de los ejércitos.
Él es el Rey de la gloria. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (3,31-35):

En aquel tiempo, llegaron la madre y los hermanos de Jesús y desde fuera lo mandaron llamar.
La gente que tenía sentada alrededor le dijo: «Mira, tu madre y tus hermanos están fuera y te buscan.»
Les contestó: «¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?»
Y, paseando la mirada por el corro, dijo: «Éstos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre.»

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy martes, 28 de enero de 2020
Severiano Blanco, cmf


Queridos hermanos:

“Vosotros sois santuario de Dios, y el espíritu de Dios habita en vosotros”, decía Pablo a los corintios (1Co 3,16). Y la primera carta de Pedro llama a los cristianos “piedras vivas”, con las que ese templo se construye (1Pe 2,5). Pero se tardó mucho en llegar a esa identificación del templo con la comunidad creyente; antes se tratabas de un edificio, especialmente el templo de Jerusalén, lugar de encuentro con Dios para el judío piadoso: “Qué alegría… vamos a la casa del Señor” (Sal 121,1), o “una cosa pido al señor, habitar en su templo” (Sal 27,4).

El precedente del templo fue el arca de la alianza. Ante ella David danzaba de gozo y ofrecía sacrificios, porque la veía como el lugar privilegiado de la presencia de Yahvé en medio de su pueblo. Pero ya los profetas zaherían a los que cifraban su religiosidad en decir “templo de Yahvé, templo de Yahvé” (Jr 7,4), y Dios mismo preguntaba: “¿qué templo podréis construirme o qué lugar para mi descanso?” (Is 66,1). Jesús no fue especialmente devoto del templo; y el IV evangelista considera que el templo definitivo es Jesús mismo (Jn 2,21), nuestro lugar de encuentro con la divinidad. En adelante, “los verdaderos adoradores de Dios lo harían en espíritu y en verdad” (Jn 4,23), prescindiendo de Jerusalén y del Garizín. El Dios inabarcable se hace inmediatamente accesible en el hombre. No es extraño que a un miembro preeminente de la Iglesia, a María, se la invoque como “arca de la alianza”. David, venerando aquel templo rudimentario, nos enseña a buscar a Dios, a festejarlo; pero el NT puntualiza que el templo más auténtico de Dios son los hermanos. Nuestros templos de piedra poseen una gran dignidad justamente por ser el lugar de encuentro de la comunidad creyente.

El pasaje evangélico de hoy nos es bien conocido. La adhesión a Jesús establece entre él y nosotros el parentesco más noble: el de la fe. Él tenía motivo muy especial para esa opción, pues, según Mc 3,21, “los suyos habían ido a llevárselo porque le consideraban trastornado”, y Jn 7,5 se afirma que “sus hermanos no creían en él”.

Sabemos poco de la familia de Jesús; y nuestras lucubraciones sobre ella han estado envueltas en polémicas doctrinales, v. gr. cómo compatibilizar a los “hermanos de Jesús” con la comúnmente admitida virginidad perpetua de María. El asunto no ocupó el interés de los evangelistas; no se esmeraron en aclarárnoslo. Lo que ellos subrayan es que quien opta por una vida profética, totalmente consagrada a la causa de Dios, suele chocar con incomprensiones, incluso entre los más allegados.

Jesús lo dijo en términos radicales: “Quien no pospone (“odia”) a su padre, a su madre, esposa, hijos, hermanos… no puede ser discípulo mío” (Lc 14,26). Son textos que tienen mucho de autobiográficos, y Jesús desearía que se convirtiesen en biografía de sus adeptos. A nosotros nos obligan a preguntarnos por nuestro grado de adhesión a Él. ¿Es Él el primero en todo, o ponemos otras cosas, proyectos… por delante del suyo?

Vuestro hermano

Severiano Blanco cmf

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 28 DE ENERO


LOS CINCO MINUTO DE JESÚS
28 de enero



La verdadera compasión no se contenta con lamentar el mal; lo remedia, si puede, y cuando no lo puede remediar, comparte, al menos, la aflicción y el dolor.

Jesús pone toda su omnipotencia al servicio de su compasión y así realiza aquel estupendo milagro de la multiplicación de los panes y los peces.

No puedes decir que no te presentan a ti cien y mil ocasiones de ejercer la compasión con tu prójimo que sufre; acepta voluntariamente y con sincero corazón el sacrificio que debas imponerte para remediar las necesidades de tu prójimo; siente como  tuyas sus penas y aflicciones y cumple así el mandamiento de la caridad, amado como dice San Juan: No con la lengua y de palabra, sino con obras y de verdad (1 Jn 3,18)


* P. Alfonso Milagro

BUENOS DÍAS