miércoles, 7 de junio de 2017

ESTAMPAS CON JACULATORIAS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS










NARDOS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DÍA 7




Nardo del 7 de Junio:
¡Oh Sagrado Corazón, qué sensible y sencillo sos!

Meditación: Me parece entrever por una ranura de la casa de Nazaret a un Joven trabajador que con habilidad modelaba un rústico trozo de madera; en el aire se percibe un rico olor a viruta fresca…parece absorto. De repente y ante una suave voz levanta Su cabeza…es el Rostro de Mi Señor, que diligente y obediente responde al llamado de Su Madre. En la otra habitación, en su lecho un anciano agonizante respira agitadamente…es el pobre papá José. En la Mirada Amorosa de aquel Joven Niño se reflejan tanto amor, tanto dolor, tanta paz. Entre tiernos cuidados y santas lágrimas José inicia su marcha, hasta que se abra la Puerta de la Morada Santa.

¿Somos capaces de imitar la sencillez y el amor que el Señor prodigó a todos los que tocó en Su vida terrena?. ¿O escapamos en el mundo de hoy del cuidado de los ancianos y necesitados?. Justificándonos en que tenemos nuestro trabajo y en que no podemos angustiarnos tanto, ni siquiera podemos dar una sonrisa para aquel que agoniza. ¡Tenemos que vivir…vivir para morir!. Amar de verdad es dar todo hasta desgarrar nuestro mísero corazón en ofrenda al Señor, como lo hizo el Redentor.

Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!

¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.

Florecilla: Demos cuidado y amor a un anciano necesitado, como lo hizo y lo hace el Señor.

Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.

ADORACIÓN Y ALABANZA


Adoración y alabanza


La adoración y alabanza surgen del conocimiento de quién es Dios. La Biblia dice que es eterno e inmutable, santo y perfectísimo, fiel y misericordioso, omnisciente y sapientísimo, grande y poderoso, cercano y presente, infinito e insondable, autor de maravillas, omnipresente e inmenso. Exprésale tus sentimientos con esta hermosa oración del P. V. Fernández:

Te adoro, Señor, me postro, me entrego, porque sólo tú eres el grande, el infinito, el glorioso, Señor del universo y de la vida. Te alabo, Dios, el fuerte, el potente, el vigoroso, mi seguridad y mi defensa. En ti me siento firme, en ti mi corazón descansa y se afianza. Gloria a ti, que derramas en el mundo calor y hermosura, música y vida. Santo eres, puro y limpio, simple y sin engaños. Luminoso como el agua clara, como la nieve, como el manantial feliz y siempre nuevo. Bendito seas, Señor. Amén.

Ante este Ser, que es Rey y soberano de todo, lleno de gloria y majestad, misterioso e inefable, admirable y deslumbrante, incomprensible, espiritual e invisible, a nosotros sus criaturas nos corresponde adorarlo desde nuestra pequeñez, y elevarle cánticos de alabanza en su honor y gloria. Alabar y adorar a Dios es lo justo y correcto.


* Enviado por el P. Natalio

martes, 6 de junio de 2017

ESCUCHAR AL ESPÍRITU SANTO


Escuchar al Espíritu Santo



1)  Para saber
Cuando se reúnen un grupo de amigos, en ocasiones se suscita una discusión sobre aspectos morales, si algo está bien o está mal… Muchas de esas cuestiones ya han sido estudiadas y resueltas por la Iglesia y escritas, por ejemplo, en el Catecismo de la Iglesia Católica. A veces bastaría consultarlo para salir de dudas. Sin embargo, hay otras dudas muy particulares, concretas, y unas complejas, que hay que saber aplicar con prudencia los principios universales. Uno podría sentirse confuso sobre la decisión a tomar. Para ello, recomienda el Papa Francisco, hay que saber escuchar al Espíritu Santo para saber discernir sobre el bien y el mal.
Con ocasión de la solemnidad de Pentecostés, con la que termina el tiempo pascual, el Papa ha reflexionado sobre la importancia de estar atentos a lo que el Espíritu Santo nos inspire.


2) Para pensar
Se cuenta que desde la Bahía de Nueva York hasta donde comienza el agua profunda del mar se extiende un canal de casi veintiséis kilómetros de largo y sumamente angosto.
En años pasados era bastante difícil navegar en el canal cuando había neblina o tempestad. Entonces, alguien ideó el plan de poner un cable, en el fondo del río arenoso, que trasmitiese signos eléctricos a través del agua, guiando así a los barcos a caminar por el centro del canal hasta llegar al mar, evitando bancos de arena u otros obstáculos.

Los cristianos también tenemos alguien que nos guía para evitar obstáculos y poder llegar a feliz término en la vida. Se trata del Espíritu Santo que con sus inspiraciones nos advierte cuando no vivimos en la forma debida y podamos rectificar. Tal como la señal eléctrica, el Espíritu Santo nos protege de los bancos de arena del pecado.

Por ello el Papa Francisco nos invita a preguntarnos, “¿soy capaz de escuchar al Espíritu Santo?; ¿soy capaz de pedir inspiración antes de tomar una decisión o de decir una palabra o hacer algo? ¿Pido que me guíe por el camino que debo escoger en mi vida y también todos los días?”


3) Para vivir
El Espíritu Santo nos quiere conducir al bien, pero es preciso querer escucharlo. Hay algunos corazones, seguía diciendo el Papa, que si hiciésemos un electrocardiograma espiritual el resultado sería lineal, no se mueven, no tienen emociones. En los evangelios los encontramos en los doctores de la ley: eran creyentes en Dios, sabían todos los mandamientos, pero su corazón estaba cerrado, no se dejaban “inquietar”.

El Papa invitó a dejarse “inquietar” por el Espíritu Santo, a ser sensibles a su inspiración, no rechazarla: ‘‘He sentido el deseo de hacer esto, de ir a visitar a ese enfermo o de cambiar de vida y dejar esto…’. Sentir y discernir: discernir aquello que siente mi corazón, porque el Espíritu Santo es el maestro del discernimiento”.
“Una persona que no tiene estos movimientos en el corazón, que no discierne qué sucede, es una persona que tiene una fe fría”, añadió el Papa.

Apunta San Josemaría Escrivá: “la tradición cristiana ha resumido la actitud que debemos adoptar ante el Espíritu Santo  en un solo concepto: docilidad. Ser sensibles a lo que el Espíritu divino promueve a nuestro alrededor y en nosotros mismos” (Es Cristo que pasa, n. 130).


© Pbro. José Martínez Colín

JUNIO, MES DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DÍA 6


Día 6: La agonía del Corazón de Jesús



También Jesús llora. ¿Recordáis el Huerto de los Olivos? Allí, el Corazón de Jesús fue expuesto al dolor, al miedo, a la tristeza. Aquí Jesús te renueva aquella triste escena. Pide adoradores, tiene sed de almas, y está solo, abandonado, olvidado. Solo en la noche. Solo en las largas jornadas. Siempre solo. ¿Irá quizá alguno a hacerle compañía?

Jesús vive en el sagrario y es abandonado por el hombre. Quiere ser su comida y sufre el rechazo. Derrama por él su sangre y la derrama inútilmente.

En vano el Señor llama adoradores a su altar. En vano llama a las almas a la comunión; pero los hombres se obstinan en vivir lejos de Él. Por eso, Él está triste.

P. León Dehón

JUNIO, MES DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DÍA 5


Día 5: Los Mandamientos de Dios



Jesús habló claramente: "Si me amas, guarda mis mandamientos" ¿Quieres salvarte? Observa mis mandamientos. Aquí no hay escapatoria: para querer bien a Jesús y para salvarte, es necesario que hagas lo que Él te manda: observar sus santos mandamientos.
A ti no te queda más que obedecer. Sí, es necesario obedecer. Pero la obediencia debe ser completa; observarlos todos y siempre.


Dios no ha dado ni cinco, ni siete mandamientos, sino diez; y al infierno se va lo mismo por transgredir uno que los diez. A la cárcel no se va por cometer muchos delitos; basta un solo delito.

P. León Dehón

NARDOS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DÍA 6 DE JUNIO


Nardo del 6 de Junio:
¡Oh Sagrado Corazón, valiente y obediente!

Meditación: Oh Delicioso Señor, que nos enseñaste desde Tu ímpetu juvenil a combatir, cuando a Tu Madre confiaste, a Tus dulces doce años, que a los doctores explicabas las cosas de Tu Padre. Eras apenas un niño, pero en Ti el Amor había vencido a todo temor, ya que cumplías con obediencia el Querer de Quien te había enviado. No importaban los escarnios, las burlas ni tu pequeñez, pues la Sabiduría y el Amor habían de vencer. ¡Que vergüenza la de mi pobre alma siempre llena de temor para defender las cosas de mi Dios, tanto con la voz como con el testimonio que doy! ¿Y no es el miedo acaso falta de Fe?, pues yo nada soy, todo lo es y lo hace el Señor. Entonces si El habita en mí, y me hace vivir, sólo tengo que servir para llegar a ser un instrumento y un puente hacia el Cielo.

Jaculatoria:¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!

¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.

Florecilla: Seamos discípulos del Señor haciéndolo conocer más y más, prediquemos a un hermano para que pueda encontrar a Cristo en su corazón.

Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.