martes, 23 de octubre de 2018

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 23 OCTUBRE


Los cinco minutos de María
Octubre 23




Que todas las páginas del libro de tu vida merezcan el visto bueno y la aprobación de la Maestra de la vida.
En cada página escribe un acto de devoción a la Virgen, una oración a ella.

No olvides que, si ella te presenta a Dios, estarás ciertamente salvado; llevando en el libro de tu vida la devoción a María, llevas contigo la mejor garantía de tu eterna salvación.
Nuestra Señora de los pobres, ponemos nuestras vidas en tus manos para que las presentes ante el Señor.


* P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 22 OCTUBRE


Los cinco minutos de María
Octubre 22



Mientras la Virgen María vivió aquí en la tierra asumió sus responsabilidades de madre y de ama de casa. Ella no tuvo quien la hiciera las cosas de la casa; más bien se convirtió ella en servidora de su prima santa Isabel.

Para cumplir con el censo, que era una ley civil, viajó a Belén, la ciudad de sus antepasados, pese a lo avanzado de su estado de gravidez. María no se desentendió de las cosas materiales ni de sus deberes temporales, sino que los cumplió a la perfección. Aun en eso es nuestro modelo.

Nuestra Señora del hogar cristiano, que en todos nuestros hogares se hagan las cosas con amor y se fomente la unión y la paz.




* P. Alfonso Milagro 

domingo, 21 de octubre de 2018

ACUÉRDATE


Acuérdate



Acuérdate,
¡oh piadosísima, Virgen María!,
que jamás se ha oído decir
que ninguno de los que
han acudido a tu protección,
implorando tu auxilio
haya sido abandonado de Ti.

Animado con esta confianza,
a Ti también yo acudo,
y me atrevo a implorarte
a pesar del peso de mis pecados.

¡Oh Madre del Verbo!,
no desatiendas mis súplicas,
antes bien acógelas benignamente. Amén

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 21 OCTUBRE


Los cinco minutos de María
Octubre 21




El Espíritu Santo reveló proféticamente a la Virgen María que ella sería alabada por todas las generaciones a través de los siglos, pero ella no se atribuyó a sí misma el mérito de ese coro de alabanzas, sino que glorificó al Señor, es decir, dio a Dios la alabanza y la gloria que los hombres le habrían de tributar a ella con el correr del tiempo.

Tú también puedes sumarte a ese coro de alabanzas y cantar su gloria con entusiasmo y devoción.

Nuestra Señora del Magníficat, nos unimos a tus sentimientos y recitamos contigo: “Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador, porque él miró con bondad la pequeñez de su servidora” (Lc 1, 46-48).


* P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 20 OCTUBRE


Los cinco minutos de María
Octubre 20




Fíjate en la vida de la Virgen María; ella nunca se quejó de que su divino Hijo hubiera tenido que nacer en una cueva y ser acostado en un pesebre, ni de que ella tuviera que vivir como una de las más pobres mujeres de Israel. No se quejó por ver a su Hijo Jesús perseguido por las autoridades y aun condenado a muerte y crucificado para salvar a los hombres.

María aceptó plenamente el plan de Dios, aunque para ella fuera dolorosísimo y humillante. Aceptemos nosotros en todo la voluntad de Dios.

Madre y Señora nuestra, enséñanos a rezar de corazón: “hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo”.


* P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 19 OCTUBRE


Los cinco minutos de María
Octubre 19



Para no fracasar en nuestro apostolado, sigamos el ejemplo que nos dieron los Apóstoles: cuando Jesús subió a los cielos, se reunieron todos alrededor de la Madre de Jesús y de ella recibieron las últimas recomendaciones ante de dispersarse por el mundo; ella iluminó sus mentes para la tarea de la evangelización.

Razón tiene, pues, la Iglesia al invocar a María como la Estrella de la evangelización.

Nuestra Señora de la fe, recuérdanos con insistencia que la fe no es tanto una aceptación fría de la inteligencia, cuanto un abrazar cálidamente a Cristo y a su mensaje.


* P. Alfonso Milagro

jueves, 18 de octubre de 2018

GRACIAS SEÑOR, POR LA EUCARISTÍA


Gracias Señor, por la Eucaristía...





Gracias Señor, porque en la última cena partiste tu pan y vino en infinitos trozos, para saciar nuestra hambre y nuestra sed...

Gracias Señor, porque en el pan y el vino nos entregas tu vida y nos llenas de tu presencia.

Gracias Señor, porque nos amaste hasta el final, hasta el extremo que se puede amar: morir por otro, dar la vida por otro.

Gracias Señor, porque quisiste celebrar tu entrega, en torno a una mesa con tus amigos, para que fuesen una comunidad de amor.

Gracias Señor, porque en la eucaristía nos haces UNO contigo, nos unes a tu vida, en la medida en que estamos dispuestos a entregar la nuestra...

Gracias, Señor, porque todo el día puede ser una preparación para celebrar y compartir la eucaristía...

Gracias, Señor, porque todos los días puedo volver a empezar..., y continuar mi camino de fraternidad con mis hermanos, y mi camino de transformación en ti...