miércoles, 31 de julio de 2019

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 30 JULIO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
30 julio



Cuando reces el Padrenuestro y pronuncies aquella petición: Hágase tu voluntad, hazlo con un verdadero sentido de fe y de entrega a la divina voluntad, y eso aunque la voluntad de Dios no coincida con la tuya, con tus gustos, inclinaciones o conveniencias.

Debes estar en una constante revisión para detectar si la voluntad tuya es tan santa y recta que coincida con la voluntad de Dios.

Que tu oración más frecuente sea ésta: Hágase tu voluntad.


P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 29 JULIO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
29 julio



Nada hay que nos santifique, si no es la voluntad del Padre celestial, el acomodar nuestra vida, nuestro obrar a la voluntad de Dios. Jesús pudo afirmar que no buscaba hacer su voluntad, sino la de aquel que lo había enviado.

Nada hay que deba preocuparte tanto como la búsqueda de la voluntad de Dios, el llegar a conocer qué es lo que en cada momento y circunstancia quiere Dios de ti.


P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 28 JULIO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
28 julio



El que ora se da cuenta de su necesidad y pide auxilio. Nadie nos puede solucionar nuestros más hondos problemas, ni subvenir a nuestras más íntimas necesidades. A veces hemos hecho todo de nuestra parte, pero nada hemos conseguido.

Es entonces la hora de reconocer que sólo Cristo puede solucionar nuestros problemas; es la hora de acudir a Jesús con plenitud de confianza, pero con no menos seguridad de nuestra indigencia.

Es entonces cuando en la oración descubrimos que el Señor es alguien que se preocupa de nosotros y con quien se ha de tener relaciones personales; es entonces cuando descubrimos que, aunque todos nos abandonen, Jesús está siempre a nuestro lado con su poder y su bondad.


P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 27 JULIO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
27 julio



La división entre los buenos, entre los seguidores de Jesucristo, es lo que con más empeño busca el demonio, porque sabe que es el medio más eficaz para la destrucción del Reino de Dios.

Así, los que son causa de división entre los hermanos trabajan para el demonio y en contra de los intereses de Jesús; ahí radica la gravedad que reviste la división entre los cristianos.

No siempre se podrá exigir que todos pensemos lo mismo; pero ya que la cabeza no nos puede unir, que nos una al menos el corazón; la desunión no es tanto producto de las ideas, cuanto de las actitudes y de los sentimientos que acompañan a esas actitudes y a esas ideas.


P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 26 JULIO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
26 julio


Jesús prefirió granjearse la antipatía, antes que ceder ni un ápice en su mensaje salvador.

Muchas veces encontrarás oposición en tu apostolado; no debes desistir, ni desanimarte, sino insistir con suma caridad, pero con firmeza, pidiendo el auxilio de la divina gracia, que nunca te faltará; el apóstol que por cobardía no realizara su acción apostólica y no proclamara firmemente el kerigma de Jesús dondequiera se encuentre, sería un traidor a su misión.

P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 25 JULIO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
25 julio



El hombre busca a Dios para servirse de él; cuando no le es útil, lo rechaza, Dios se acerca a los extraños, a aquellos que aún no tienen un juicio sobre él, haciéndolo a su imagen y semejanza.

Dios rompe esquemas, destruye tranquilidades y coloca al hombre en el gran riesgo de la fe. La respuesta del hombre a Jesús fue el odio. Jesús era un cuerpo extraño que rompía la paza y la falsa seguridad ante Dios.

Si Jesús fue rechazado por los suyos, no te extrañes de que también tú debas experimentar esos rechazos no sólo de tu propia persona, sino también del mensaje de salvación evangélica, que tú presentas en tu actividad como apóstol del Señor.

P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 24 JULIO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
24 julio 


Al hombre le cuesta mucho humillarse; por eso Jesús nos dejó no sólo el precepto, sino el ejemplo de su propia humillación.

Les he dado el ejemplo, para que hagan lo mismo con ustedes (Jn 13,15).

A veces podrá parecerte heroísmo el hecho de humillarte, pero has de pensar que tu humillación es bien poca cosa, si la comparas con la del Señor; y si piensas que tu acto de servicio termina en un hermano tuyo, te resultará más fácil tu actitud.


P. Alfonso Milagro