jueves, 23 de enero de 2020

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY JUEVES 23 DE ENERO DE 2020


Lecturas de hoy Jueves de la 2ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, jueves, 23 de enero de 2020


Primera lectura
Lectura del primer libro de Samuel (18,6-9;19,1-7):

Cuando volvieron de la guerra, después de haber matado David al filisteo, las mujeres de todas las poblaciones de Israel salieron a cantar y recibir con bailes al rey Saúl, al son alegre de panderos y sonajas.
Y cantaban a coro esta copla: «Saúl mató a mil, David a diez mil.»
A Saúl le sentó mal aquella copla, y comentó enfurecido: «iDiez mil a David, y a mí mil! iYa sólo le falta ser rey!»
Y, a partir de aquel dia, Saúl le tomó ojeriza a David. Delante de su hijo Jonatán y de sus ministros, Saúl habló de matar a David.
Jonatán, hijo de Saúl, quería mucho a David y le avisó: «Mi padre Saúl te busca para matarte. Estate atento mañana y escóndete en sitio seguro; yo saldré e iré al lado de mi padre, al campo donde tú estés; le hablaré de ti y, si saco algo en limpio, te lo comunicaré.»
Así, pues, Jonatán habló a su padre Saúl en favor de David: «¡Que el rey no ofenda a su siervo David! Él no te ha ofendido. y lo que él hace es en tu provecho: se jugó la vida cuando mató al filisteo, y el Señor dio a Israel una gran victoria; bien que te alegraste al verlo. ¡No vayas a pecar derramando sangre inocente, matando a David sin motivo!»
Saúl hizo caso a Jonatán y juró: «¡Víve Dios, no morirá!»
Jonatán llamó a David y le contó la conversación; luego lo llevó adonde Saul, y David siguió en palacio como antes.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 55,2-3.9-10.11-12.13

R/. En Dios confío y no temo

Misericordia, Dios mío, que me hostigan,
me atacan y me acosan todo el día;
todo el día me hostigan mis enemigos,
me atacan en masa. R/.

Anota en tu libro mi vida errante,
recoge mis lágrimas en tu odre, Dios mío.
Que retrocedan mis enemigos cuando te invoco,
y así sabré que eres mi Dios. R/.

En Dios, cuya promesa alabo,
en el Señor, cuya promesa alabo,
en Dios confío y no temo;
¿qué podrá hacerme un hombre? R/.

Te debo, Dios mío, los votos que hice,
los cumpliré con acción de gracias. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (3,7-12):

En aquel tiempo, Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del lago, y lo siguió una muchedumbre de Galilea. Al enterarse de las cosas que hacía, acudía mucha gente de Judea, de Jerusalén y de Idumea, de la Transjordania, de las cercanías de Tiro y Sidón. Encargó a sus discípulos que le tuviesen preparada una lancha, no lo fuera a estrujar el gentío. Como había curado a muchos, todos los que sufrían de algo se le echaban encima para tocarlo.
Cuando lo veían, hasta los espíritus inmundos se postraban ante él, gritando: «Tú eres el Hijo de Dios.»
Pero él les prohibía severamente que lo diesen a conocer.

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy jueves, 23 de enero de 2020
José Luis Latorre, cmf


Una multitud sedienta

Queridos amigos

El evangelista nos presenta a Jesús entre una multitud de gente de muchos lugares diferentes que han venido a verle, escucharle, tocarle… En el fondo hay un deseo de conocer a este personaje que está en boca de todos. Es una multitud sedienta de Jesús. Las multitudes son volubles –hoy desean una cosa y mañana la contraria-, pero Jesús no renuncia a evangelizarlas y anunciarlas el Reino de Dios. Entre esa multitud hay un gran grupo de enfermos que buscan en Él la curación y el poder vivir dignamente.

Con esta escena el evangelista parece decirnos que es toda la humanidad –multitud- la que necesita luz y salvación. Y es en Jesús donde puede encontrarla. Él la ofrece a todos con su cercanía amorosa, su palabra iluminadora y su gesto liberador. “Él es el camino, la verdad y la vida”, dice San Juan. Y Él ha venido para salvar al mundo, no para condenarlo. Él ha venido a este mundo “lleno de gracia y de verdad”. “En Él está la plenitud de la salvación”. “Él es el Redentor del hombre” (S. Juan Pablo II). La humanidad no tiene otro camino de salvación que Jesús; no hay otro Salvador ni Liberador. Él es el único que puede sanarnos de todo mal. Y Él es el único que nos ofrece la salvación definitiva y plena.

Nosotros, los cristianos, estamos inmersos en una humanidad sedienta de Dios y necesitada de sanación física y espiritual. ¿Con qué ojos la miramos? ¿Tenemos el mismo sentimiento de compasión que Jesús sentía por la multitud que le buscaba? ¿Nos preguntamos también cómo hacer presente a Jesús a través de nuestras personas? ¿O por el contrario decimos “no se puede hacer nada”, “es muy difícil hablar de Jesús hoy pues te miran como un bicho raro”? ¿No sería mejor hacer lo que dice San Pablo “vence al mal con el bien”?, es decir primero mirar la realidad con los ojos de Jesús y luego actuar como hizo Él intentando llevar esperanza y optimismo, porque Dios quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad.

Es muy importante hoy el testimonio y el talante de los cristianos. “Los cristianos somos como el alma en el cuerpo”, decía la carta a Diogneto del siglo II. El alma da vida al cuerpo, lo mueve, lo empuja, lo ilusiona por algo, lo empuja hacia adelante, evita que sea inoperante y se muera. Pues igual los cristianos en el mundo. Ese es nuestro papel no otro.

José Luis Latorre, Misionero Claretiano

FELIZ JUEVES!!




miércoles, 22 de enero de 2020

OFRECIMIENTO DEL ALMA AL DIVINO CORAZÓN DE JESÚS


Ofrecimiento del alma al Divino Corazón de Jesús.



¡Oh Corazón Sagrado¡, yo me entrego a Ti y te consagro mi entendimiento, memoria y voluntad, deseando que todo cuanto haga y padezca sea por tu gloria; que todo cuanto vea y oiga me lleve a amarte; que todas mis palabras sean otros tantos actos de adoración y de alabanza; te suplico, Corazón adorable, me concedas que en todas las aspiraciones te llame a Ti y te atraiga a mi conciencia enferma, y que en cada respiración te ofrezca como divina ofrenda al Eterno Padre, para darle gracias por todo lo que debo a su largueza.

¡Oh Corazón lleno de bondad, a quien pertenezco, de quien dependo y por quien vivo¡ Abrásame, poséeme, transfórmame en Ti; haz que todos mis movimientos y esfuerzos sean para estrecharte más y más contigo, y protesto que prefiero sufrir mil muerte antes que separarme de Ti o herirte con la menor infidelidad.

(Santa Margarita María de Alacoque)

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY MIÉRCOLES 22 DE ENERO DE 2020


Lecturas de hoy Miércoles de la 2ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, miércoles, 22 de enero de 2020


Primera lectura
Lectura del primer libro de Samuel (17,32-33.37.40-51):

En aquellos días, Saúl mandó llamar a David, y éste le dijo: «Majestad, no os desaniméis. Este servidor tuyo irá a luchar con ese filisteo.»
Pero Saúl le contestó: «No podrás acercarte a ese filisteo para luchar con él, porque eres un muchacho, y él es un guerrero desde mozo.»
David le replicó: «El Señor, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, me librará de las manos de ese filisteo.»
Entonces Saúl le dijo: «Anda con Dios.»
Agarró el cayado, escogió cinco cantos del arroyo, se los echó al zurrón, empuñó la honda y se acercó al filisteo. Éste, precedido de su escudero, iba avanzando, acercándose a David; lo miró de arriba abajo y lo despreció, porque era un muchacho de buen color y guapo, y le gritó: «¿Soy yo un perro, para que vengas a mi con un palo?»
Luego maldijo a David, invocando a sus dioses, y le dijo: «Ven acá, y echaré tu carne a las aves del cielo y a las fieras del campo.»
Pero David le contestó: «Tú vienes hacia mí armado de espada, lanza y jabalina; yo voy hacia ti en nombre del Señor de los ejércitos, Dios de las huestes de Israel, a las que has desafiado. Hoy te entregará el Señor en mis manos, te venceré, te arrancaré la cabeza de los hombros y echaré tu cadáver y los del campamento filisteo a las aves del cielo y a las fieras de la tierra; y todo el mundo reconocerá que hay un Dios en Israel; y todos los aquí reunidos reconocerán que el Señor da la victoria sin necesidad de espadas ni lanzas, porque ésta es una guerra del Señor, y él os entregará en nuestro poder.»
Cuando el filisteo se puso en marcha y se acercaba en dirección de David, éste salió de la formación y corrió velozmente en dirección del filisteo; echó mano al zurrón, sacó una piedra, disparó la honda y le pegó al filisteo en la frente: la piedra se le clavó en la frente, y cayó de bruces en tierra. Así venció David al filisteo, con la honda y una piedra; lo mató de un golpe, sin empuñar espada. David corrió y se paró junto al filisteo, le agarró la espada, la desenvainó y lo remató, cortándole la cabeza. Los filisteos, al ver que había muerto su campeón, huyeron.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 143,1.2.9-10

R/. Bendito el Señor, mi Roca

Bendito el Señor, mi Roca,
que adiestra mis manos para el combate,
mis dedos para la pelea. R/.

Mi bienhechor, mi alcázar,
baluarte donde me pongo a salvo,
mi escudo y mi refugio,
que me somete los pueblos. R/.

Dios mio, te cantaré un cántico nuevo,
tocaré para ti el arpa de diez cuerdas:
para ti que das la victoria a los reyes,
y salvas a David, tu siervo. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (3,1-6):

En aquel tiempo, entró Jesús otra vez en la sinagoga, y había allí un hombre con parálisis en un brazo. Estaban al acecho, para ver si curaba en sábado y acusarlo.
Jesús le dijo al que tenía la parálisis: «Levántate y ponte ahí en medio.»
Y a ellos les preguntó: «¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer lo bueno o lo malo?, ¿salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?»
Se quedaron callados. Echando en torno una mirada de ira, y dolido de su obstinación, le dijo al hombre: «Extiende el brazo.»
Lo extendió y quedó restablecido.
En cuanto salieron de la sinagoga, los fariseos se pusieron a planear con los herodianos el modo de acabar con él.

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy miércoles, 22 de enero de 2020
José Luis Latorre, cmf

“Levántate y ponte en medio”.

Queridos amigos

El evangelista nos narra una nueva controversia de Jesús con los fariseos: el hombre de la mano paralizada. Ante esta situación Jesús le dice al hombre “levántate y ponte en medio”.

-Levántate: En otros muchos relatos de curaciones se repite esta indicación de Jesús. Él tiene otra mirada sobre estas personas: son hijos de Dios necesitados que esperan ser liberados y curados. Y los hijos de Dios necesitados deben ser atendidos ya. El evangelista dice que Jesús lo curó en sábado, precisamente el día en que los judíos celebraban al Dios creador y liberador. ¿Hay otra forma mejor de honrar a Dios que salvar una vida, puesto que en su nombre siempre se debe hacer el bien? ¿No dice el primer mandamiento que hay que amar a Dios y al próximo, y que no hay mandamiento mayor que éstos?

Por eso Jesús se indigna y entristece cuando ve que a los fariseos no les importa el sufrimiento de aquel hombre de la mano paralizada y que interpretan y utilizan las normas según sus conveniencias e intereses. So capa de religiosidad ocultan sus malas intenciones de utilizar el sufrimiento ajeno para salvar la sacralidad del sábado y poder acusar a Jesús de quebrantarlo.

-Ponte en medio: Para Jesús colocar a la persona vulnerable en el centro no quiere decir ponerla en el centro geográfico del lugar, sino en el centro del corazón. Con este gesto Jesús instaura una nueva sacralidad: la persona y sus necesidades. Ya no importa el día, el lugar y la hora que necesite ayuda. La persona es lo más valioso e importante de todo. Y hay que dejarlo todo –aunque sea la oración y la Misa- por ayudarle si así lo precisa. El Papa Francisco dice: la casa común de todos los hombres debe continuar levantándose sobre el respeto a la sacralidad de cada vida humana.

Con este gesto –levántate y ponte en medio- Jesús nos desafía a hacer lo mismo con nuestros hermanos necesitados. Muchas veces se echa a un lado a los que sufren: viven solos su dolor, en silencio, lejos de la vista de los demás, se les deja solos. Jesús, por el contrario, les hace sentir que están en el centro de su misericordia y compasión, que son tan importantes como los demás que no necesitan ser sanados o liberados, pues Jesús vino a buscar al que estaba perdido, la oveja descarriada, el ladrón arrepentido…

José Luis Latorre, Misionero Claretiano

FELIZ MIÉRCOLES!!!





martes, 21 de enero de 2020

ORACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS PARA UNA GRAVE NECESIDAD


ORACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN
DE JESÚS PARA UNA GRAVE NECESIDAD


Oh Divino Jesús que dijiste: «Pedid y recibiréis; buscad y encontraréis; llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, y el que busca encuentra, y a quien llama se le abre». Mírame postrado a tus plantas suplicándote me concedas una audiencia. Tus palabras me infunden confianza, sobre todo ahora que necesito que me hagas un favor:


(Se ora en silencio pidiendo el favor)


¿A quién he de pedir, sino a Ti, cuyo Corazón es un manantial inagotable de todas las gracias y dones? ¿Dónde he de buscar sino en el tesoro de tu corazón, que contiene todas las riquezas de la clemencia y generosidad divinas? ¿A dónde he de llamar sino a la puerta de ese Corazón Sagrado, a través del cual Dios viene a nosotros, y por medio del cual vamos a Dios?

A Ti acudimos, oh Corazón de Jesús, porque en Ti encontramos consuelo, cuando afligidos y perseguidos pedimos protección; cuando abrumados por el peso de nuestra cruz, buscamos ayuda; cuando la angustia, la enfermedad, la pobreza o el fracaso nos impulsan a buscar una fuerza superior a las fuerzas humanas.

Creo firmemente que puedes concederme la gracia que imploro, porque tu Misericordia no tiene límites y confío en que tu Corazón compasivo encontrará en mis miserias, en mis tribulaciones y en mis angustias, un motivo más para oír mi petición.

Quiero que mi corazón esté lleno de la confianza con que oró el centurión romano en favor de su criado; de la confianza con que oraron las hermanas de Lázaro, los leprosos, los ciegos, los paralíticos que se acercaban a Ti porque sabían que tus oídos y tu Corazón estaban siempre abiertos para oír y remediar sus males.

Sin embargo... dejo en tus manos mi petición, sabiendo que Tú sabes las cosas mejor que yo; y que, si no me concedes esta gracia que te pido, sí me darás en cambio otra que mucho necesita mi alma; y me concederás mirar las cosas, mi situación, mis problemas, mi vida entera, desde otro ángulo, con más espíritu de fe.

Cualquiera que sea tu decisión, nunca dejaré de amarte, adorarte y servirte, oh buen Jesús.

Acepta este acto mío de perfecta adoración y sumisión a lo que decrete tu Corazón misericordioso. Amén.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria al Padre.

Sacratísimo Corazón de Jesús, en Vos confío. (3 veces).


LECTURAS BÍBLICAS DE HOY MARTES 21 DE ENERO DE 2020


Lecturas de hoy Martes de la 2ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, martes, 21 de enero de 2020



Primera lectura
Lectura del primer libro de Samuel (16,1-13):

En aquellos dias, el Señor dijo a Samuel: «¿Hasta cuándo vas a estar lamentándote por Saúl, si yo lo he rechazado como rey de Israel? Llena la cuerna de aceite y vete, por encargo mío, a Jesé, el de Belén, porque entre sus hijos me he elegido un rey.»
Samuel contestó: «¿Cómo voy a ir? Si se entera Saúl, me mata.»
El Señor le dijo: «Llevas una novilla y dices que vas a hacer un sacrificio al Señor. Convidas a Jesé al sacrificio, y yo te indicaré lo que tienes que hacer; me ungirás al que yo te diga.»
Samuel hizo lo que le mandó el Señor. Cuando llegó a Belén, los ancianos del pueblo fueron ansiosos a su encuentro: «¿Vienes en son de paz?»
Respondió: «Sí, vengo a hacer un sacrificio al Señor. Purificaos y venid conmigo al sacrificio.»
Purificó a Jesé y a sus hijos y los convidó al sacrificio. Cuando llegó, vio a Eliab y pensó: «Seguro, el Señor tiene delante a su ungido.»
Pero el Señor le dijo: «No te fijes en las apariencias ni en su buena estatura. Lo rechazo. Porque Dios no ve como los hombres, que ven la apariencia; el Señor ve el corazón.»
Jesé llamó a Abinadab y lo hizo pasar ante Samuel; y Samuel le dijo: «Tampoco a éste lo ha elegido el Señor.»
Jesé hizo pasar a Samá; y Samuel le dijo: «Tampoco a éste lo ha elegido el Señor.»
Jesé hizo pasar a siete hijos suyos ante Samuel; y Samuel le dijo: «Tampoco a éstos los ha elegido el Señor.»
Luego preguntó a Jesé: «¿Se acabaron los muchachos?»
Jesé respondió: «Queda el pequeño, que precisamente está cuidando las ovejas.»
Samuel dijo: «Manda por él, que no nos sentaremos a la mesa mientras no llegue.»
Jesé mandó a por él y lo hizo entrar: era de buen color, de hermosos ojos y buen tipo.
Entonces el Señor dijo a Samuel: «Anda, úngelo, porque es éste.»
Samuel tomó la cuerna de aceite y lo ungió en medio de sus hermanos. En aquel momento, invadió a David el espiritu del Señor, y estuvo con él en adelante. Samuel emprendió la vuelta a Ramá.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 88,20.21-22.27-28

R/. Encontré a David, mi siervo

Un dia hablaste en visión a tus amigos:
«He ceñido la corona a un héroe,
he levantado a un soldado sobre el pueblo.» R/.

«Encontré a David, mi siervo,
y lo he ungido con óleo sagrado;
para que mi mano esté siempre con él
y mi brazo lo haga valeroso.» R/.

«Él me invocará: "Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora";
y yo lo nombraré mi primogénito,
excelso entre los reyes de la tierra.» R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (2,23-28):

Un sábado, atravesaba el Señor un sembrado; mientras andaban, los discípulos iban arrancando espigas.
Los fariseos le dijeron: «Oye, ¿por qué hacen en sábado lo que no está permitido?»
Él les respondió: «¿No habéis leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus hombres se vieron faltos y con hambre? Entró en la casa de Dios, en tiempo del sumo sacerdote Abiatar, comió de los panes presentados, que sólo pueden comer los sacerdotes, y les dio también a sus compañeros.»
Y añadió: «El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado; así que el Hijo del hombre es señor también del sábado.»

Palabra del Señor





Comentario al Evangelio de hoy martes, 21 de enero de 2020
José Luis Latorre, cmf


“El sábado es para el hombre, no el hombre para el sábado”

Queridos amigos

Esta es una de las frases redondas de Jesús. Seguramente quedó muy gravada en la memoria de sus discípulos y orientó con claridad la vida y el comportamiento de las comunidades cristianas que vivían inmersas en el judaísmo y el paganismo, y que ha orientado el devenir de la Iglesia a lo largo de los siglos. Un pensamiento que ayudó –y nos ayuda hoy también- a no absolutizar normas, leyes, costumbres, ritos… sino ponerlos siempre al servicio de la norma suprema: el bien y la vida de la persona. Tanto para David como para Jesús dar de comer al que lo necesita está por delante de todo; solo el amor a Dios y al próximo es lo principal y primero; no hay otra norma suprema.

Hay personas tan obedientes a Dios que al final van contra su voluntad más clara. Son tan estrictas en el cumplimiento de las normas y leyes de la Iglesia que dejan en segundo lugar el amor, la misericordia, el perdón, la comprensión y el respeto a la persona. Son como los fariseos que daban más importancia a la Ley que a sus valores, porque para ellos lo escrito y mandado era lo que había que hacer y cumplir olvidando la Palabra del Señor: “este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí”. La Ley y sus valores están al servicio de la persona, la libertad, la alegría y la comunidad. ¡Cuidado con los fundamentalismos, moralismos y ritualismos! Todos los extremos son peligrosos; de ahí la importancia de este gran principio de comportamiento de Jesús.

Jesús encarnado procuró el bien, la felicidad, la alegría, la paz para todos, y la unidad de la comunidad. Él mismo dice: “Yo he venido para que tengan vida y ésta en abundancia”. Jesús privilegia siempre la vida e insiste en el valor de la persona; un valor que es preciso recuperar hoy, primero frente a una religión tan organizada que sea una máquina de exclusión, y segundo frente a una sociedad que privilegia a los fuertes y excluye a los débiles.

Si este principio de Jesús orientó la vida de los primeros cristianos en una sociedad y religión excluyente, también hoy debe orientar la vida de los cristianos en nuestras comunidades y sociedades. No podemos quedarnos tranquilos viendo cómo niños, jóvenes, adultos y ancianos son marginados, excluidos, maltratados e ignorados. Un cristiano y una comunidad cristiana debe alzar la voz y actuar en consecuencia con la Palabra de Jesús: “El sábado ha sido hecho para el hombre, y no el hombre para el sábado”.

José Luis Latorre, Misionero Claretiano