Los cinco minutos de María
Enero 15
“Virgen amable, Madre amable, Virgen mansa”; así la llamamos a María Santísima; toda bondad, toda dulzura, toda amabilidad. Ella fue la que mejor imitó a Jesús en aquel precepto que de Él recibimos: “Aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón (Mt 11,27)”.
¡Cuánta necesidad tenemos de la bondad de corazón, de la dulzura de carácter, de la suavidad de formas y de trato! ¡Qué distinta sería la vida si todos fuéramos más amables!
María, que nunca olvidemos que la dulzura forma parte del amor.
* P. Alfonso Milagro
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