Los cinco minutos de María
Mayo 11
Todos los actos de la vida de la Virgen estuvieron orientados hacia Dios. Todo lo hacía por su Hijo y para su Hijo; pero como su Hijo era Dios, todo en su vida empezaba y terminaba en Dios.
¿Podemos decir nosotros que Dios es el móvil de nuestros actos? ¿Nuestros actos se dirigen a Dios?
Cuanto hagamos en esta vida debe tener su proyección en la vida eterna, ya que esta vida terrena no tiene sentido en sí misma sino en cuanto es preparación para la vida definitiva. Por tanto, sepamos que todo cuanto no hagamos por Dios, se pierde y no tiene mérito para la vida eterna.
Madre, cuyo ruego poderoso es gracia y bendición, ruega por nosotros.
* P. Alfonso Milagro
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