Los Cinco Minutos de María
2 de Noviembre
Ante el pensamiento de la muerte, debemos recordar que el alma del hombre es un vaso que sólo se llena de eternidad.
Al pie de la cruz estuvo su Madre Santísima con su Corazón lleno de pena, traspasado por la espada del dolor más acerbo, viendo morir a su Hijo. Allí ella recibió en sus brazos el cuerpo muerto de su Hijo Jesús; nadie sufrió como ella. Ella puede darnos a nosotros las pautas para nuestros momentos de dolor.
Suframos, lloremos si es preciso, pero siempre abierto nuestro espíritu a la esperanza.
Nuestra Señora de la audacia para subir al Calvario y estar de pie junto a la cruz.
* P. Alfonso Milagro
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