lunes, 11 de abril de 2016

ESTAMPAS CON ORACIONES AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS






EL HIJO MÁS SAGAZ


El hijo más sagaz 


Una historia de Etiopía nos presenta a un anciano que, en su lecho de muerte, llamo a sus tres hijos y les dijo:

- No puedo dividir en tres los que poseo. Eso dejaría muy pocos bienes a cada uno de vosotros. He decidido dar todo lo que tengo, como herencia, al que se muestre mas hábil, mas inteligente, mas astuto, mas sagaz. Dicho de otra forma, a mi mejor hijo. He dejado encima de la mesa una moneda para cada uno de vosotros. Tomadla. El que compre con esa moneda algo con lo que llenar la casa se quedara con todo.

Se fueron.

El primer hijo compró paja, pero solo consiguió llenar la casa hasta la mitad.

El segundo hijo compró sacos de pluma, pero no consiguió llenar la casa mucho mas que el anterior.

El tercer hijo -que consiguió la herencia- solo compro un pequeño objeto. Era una vela. Espero hasta la noche, encendió la vela y llenó la casa de luz.

CON SENCILLEZ Y CONFIANZA


Con sencillez y confianza



La oración humilde y confiada conmueve el corazón de Dios. A nosotros también nos enternecen los niños cuando con encantadora espontaneidad nos piden que les ayudemos a hacer un dibujo, a atarles los cordones de los zapatitos, etc., y no podemos negarnos. Su actitud nos impulsa a prestarles cualquier servicio. Esto sucedió a la niñita Romina.

Romina, niñita muy buena, pero muy pobre, iba a un colegio de Hermanas. Un día oyeron las compañeritas que al rezar el padrenuestro, decía: “Danos hoy nuestro pan de cada día… con manteca”, y se echaron a reír, y fueron a contarlo a la Hermana. Explicó la niña que, como su madre había quedado viuda con seis hijos, suprimió la manteca. Pero ella no se resignaba; y por eso, pedía el pan… con manteca. La religiosa le dijo que continuara pidiéndolo, pero en voz baja, para no provocar risas. Dios oyó la oración de Romina. Una niña contó a su madre lo ocurrido en el colegio. Ésta averiguó la dirección de la mamá de Romina, y ordenó a su empleada que cada día dejara un paquete de manteca en su casa. Cuando lo vio, Romina dijo muy contenta: “Mamá, aquí tienes la manteca que le pedí a Dios”

Pide al Señor con insistencia que esa sencillez y confianza de los pequeños, vaya modelando tu vida para poder ver ese divino rostro que sólo se revelará a los puros de corazón.


* Enviado por el P. Natalio

viernes, 1 de abril de 2016

EL BARRENDERO ESTIMADO


El barrendero estimado

“No hay mayor sabiduría que reconocer que esta tarea que me toca hacer, mientras no aparezca otra cosa en mi camino, es la mejor que podría realizar. Y ya que es lo que me toca hacer ahora, entonces lo vivo con todas mis energías y mis ganas, sin pensar en otras cosas que podría realizar en este momento” (P. Fernández).

No hay trabajo que no tenga importancia. Toda tarea que eleve a la humanidad, es digna e importante, y debería ser asumida con aplicada excelencia. Si alguien está llamado a ser barrendero, debería barrer como Miguel Ángel pintaba, como Beethoven componía música o como Shakespeare escribía versos. Debería barrer las calles tan bien, que todos los habitantes del cielo y de la tierra, se detuvieran a decir: “Aquí vivió un gran barrendero, que cumplió bien con su trabajo” (Martín Luther King).

Las tareas sencillas y cotidianas son realmente responsabilidades simples; pero, ser fieles al quehacer de cada día es algo importante. La felicidad humana generalmente no se logra con acciones de especial relevancia, que pueden acontecer muy raras veces, sino en ese sencillo deber que realizas todos los días con mucho amor. Valorízalo en ti y en los demás.


* Enviado por el P. Natalio