LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
12 de Febrero
Jesús después de la multiplicación de los panes, despidió a la gente y se apartó de sus discípulos, se retiró a la montaña para orar; claro ejemplo para ti, que quizá descuidas la oración; atareado con tantas cosas, preocupado por tantos problemas, tironeado por aquí y por allí con interminables tensiones, te preocupas de todos, menos de orar.
Jesús da el ejemplo: hay tiempo para el trabajo, para el apostolado, pero también debe haber tiempo para la oración; hay tiempo para tratar con las gentes aun con motivaciones apostólicas o de evangelización, pero también debe haber tiempo suficiente para tratar a solas con Dios.
Ya se ha dicho con verdad que el que no trata con Dios en la oración, no tiene nada que decir a los hombres; y también se nos recuerda que, antes de hablar a los hombres de Dios, es preciso hablar a Dios de los hombres.
En ciertos casos las cosas no salen bien, no tanto porque no se hace lo suficientes, sino porque a la acción no juntamos la oración.
* P. Alfonso Milagro
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