21 de Febrero
Jesús sintió compasión de la gente que tenía hambre: hambre de pan y hambre de justicia y de verdad.
Tú debes sentir compasión de todos y tu compasión no ha de ser sentimental, sino que ha de expresarse en los esfuerzos que hagas para dar el pan al pobre hambriento, pero también para presentar al rico los bienes espirituales de que carece.
Sé compasivo con todos los que tiene alguna necesidad de orden material o espiritual, personal o familiar y acude a socorrer todas las necesidades que estén a tu alcance, pero no te olvides de que el hambre de pan retuerce el estómago y el hambre de Dios retuerce el espíritu.
* P. Alfonso Milagro
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